Por Crispian Balmer
ROMA (Reuters) - Los italianos hacían largas filas el domingo para votar en una elección que podría desembocar en un estancamiento político tras una campaña electoral marcada por la ira de los votantes ante una economía que no repunta, el alto desempleo y la inmigración.
Los sondeos predicen que el ex primer ministro Silvio Berlusconi y sus aliados de extrema derecha emergerán como el mayor bloque en el Parlamento, pero no lograrán la mayoría.
El antisistema Movimiento 5 Estrellas podría ser el partido más votado, alimentándose del descontento por la corrupción y la creciente pobreza, mientras que el Partido Democrático de centroizquierda (PD) aparece en tercer lugar.
En el centro de votación al que acudió Berlusconi en Milán, una activista feminista se quitó la ropa para protestar contra el veterano dirigente antes de que fuera retirada por las fuerzas de seguridad. "No alcancé a verla", dijo el ex primer ministro, famoso por sus escándalos sexuales.
La endeudada Italia es la tercera economía más grande en la zona euro y, aunque los inversores han sido optimistas antes de las elecciones, un prolongado estancamiento político podría volver a despertar la amenaza de la inestabilidad del mercado.
Los centros de votación cerrarán a las 2200 GMT, inmediatamente después de lo cual se conocerán las primeras encuestas. La votación se lleva a cabo bajo una nueva ley electoral compleja, lo que significa que el resultado final podría no estar claro hasta la noche del lunes.
La campaña marcó el regreso a la primera línea política de Berlusconi, de 81 años y quien se vio obligado a dimitir como primer ministro en 2011 en el momento álgido de la crisis de deuda soberana. El líder había sido golpeado por una serie de escándalos sexuales, problemas legales y de salud.
Condenado en 2013 por fraude fiscal, no puede ocupar un cargo público, por lo que ha presentado a Antonio Tajani, el presidente del Parlamento Europeo, como su candidato a primer ministro.
PODER POPULISTA
El perfil moderado de Tajani apunta a disipar los temores en Europa sobre sus aliados populistas, en particular la Liga, cuyo líder, Matteo Salvini, ha prometido deportar a los 600.000 inmigrantes que llegaron a Italia por mar en los últimos cuatro años. Algunas encuestas dicen que la Liga podría superar al partido Forza Italia de Berlusconi.
El populismo ha crecido en Europa desde la crisis financiera de 2008, pero los principales partidos italianos han encontrado especialmente difícil contener la ira de los votantes, con una economía aún un seis por ciento más pequeña que hace una década y un desempleo del 11 por ciento.
El Movimiento 5 Estrellas, liderado por Luigi Di Maio, de 31 años, ha sido particularmente exitoso a la hora de aprovechar el descontento en el sur y ha prometido un salario universal mensual de hasta 780 euros (960 dólares) para los pobres.
"Creo que ganará el 5 Estrellas (...) pero me preocupa que no haya un ganador. Los dos escenarios me parecen catastróficos", dijo Giuseppe Ottaviani, quien votó en Amelia, en el centro del país.
Aunque todos los líderes han descartado cualquier alianza postelectoral con sus rivales, Italia tiene una larga historia a la hora de encontrar salidas a un estancamiento político aparentemente insuperable.
El presidente Sergio Mattarella no puede entablar ninguna negociación formal de coalición hasta después de que el nuevo Parlamento se haya constituido el 23 de marzo y el próximo primer ministro deberá superar mociones de censura en ambas cámaras antes de asumir el cargo.