Yohannes Anberbir
Adís Abeba, 10 ago (.).- Etiopía, la quinta economía de África y el segundo país más populoso del continente, atisba mejoras económicas con los fondos multimillonarios anunciados por el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros prestamistas, un futuro que se ve amenazado por la inestabilidad y el conflicto en el país.
En el último mes, el BM, el FMI y varios países han anunciado un total de 28.000 millones de dólares (unos 25.650 millones de euros) en apoyo financiero a Etiopía, algo que ha sido posible gracias al ambicioso programa de reformas macroeconómicas que ha emprendido el país.
Así, el pasado 29 de julio, Adís Abeba anunció su decisión de hacer flotar su moneda nacional, el birr, es decir, dejar que el mercado fije su valor de cambio sin intervención de las autoridades monetarias.
Fondos del BM y el FMI
El 30 de julio, el BM aprobó un paquete de financiación de 1.500 millones de dólares, que incluyen una subvención de 1.000 millones y otros 500 millones en un préstamo en condiciones favorables y suponen la primera ayuda presupuestaria directa de la institución a este país.
"El Banco Mundial se ha comprometido a respaldar la aspiración de Etiopía de convertirse en un país de ingresos medios", destacó entonces la organización en un comunicado.
Además de los fondos ya aprobados, el BM destacó que, "sujeto a la aprobación de la Junta de nuevas operaciones y la disponibilidad de recursos (...), un paquete financiero total de más de 16.600 millones de dólares en fondos no desembolsados y futuros estará disponible durante los próximos tres años".
Al avanzar esa noticia el pasado 11 de julio, el ministro de Finanzas etíope Ahmed Shide subrayó que se trataba de "la mayor financiación para el desarrollo en la historia de Etiopía".
Además del apoyo confirmado por el BM, el FMI aprobó un día antes un histórico rescate para Etiopía de 3.400 millones de dólares para los próximos cuatro años, de los cuales 1.000 millones ya han sido desembolsados, según detalló el ministro.
Estas medidas han sido posibles después de que, mediante el Marco Común del G20 (países desarrollados y emergentes), Adís Abeba haya conseguido la garantía de la reestructuración de un total de 4.900 millones de dólares de su deuda, informó Ahmed.
Asimismo, el país ha recibido, 2.500 millones de dólares de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y otros países en forma de depósitos para aumentar las reservas del Banco Central de Etiopía.
Una reforma necesaria pero insuficiente
"Etiopía ha estado financiando su desarrollo de manera errónea durante las últimas décadas, lo que ha dejado al país con una enorme carga de deuda externa y ha creado también distorsiones macroeconómicas", dice a EFE el investigador Getachew Hailemariam.
Por eso, según Hailemariam, el Gobierno etíope no tiene ninguna opción mejor que emprender este plan de reformas para sacar al país de la crisis económica que vio la inflación alcanzar un 47 % en 2022, antes de reducirse hasta el 20 % durante los últimos meses.
"Esta alta inflación no es un incentivo para las inversiones", destaca el experto.
Pero no solo la inflación supone un obstáculo para la recuperación económica de Etiopía, sino también el conflicto que ha golpeado repetidamente al país durante los últimos años, incluyendo la devastadora guerra en la región norteña de Tigré (2020-2022) y el conflicto generalizado en las regiones de Amhara y Oromía, que han socavado las inversiones y aumentado el gasto militar del Gobierno.
En este sentido, el economista y director ejecutivo de la Cámara de Comercio Panafricana, Kebur Genna, subraya: "Solo obtener grandes cantidades de apoyo financiero extranjero no beneficiará a Etiopía si no se garantiza la paz en el país".
"Los responsables políticos deben garantizar primero la paz y el Estado de derecho y crear un entorno que estimule las inversiones existentes y nuevas. De lo contrario, la financiación no tiene ningún efecto sobre la economía", explica Kebur a EFE.
A la vez, existe el riego de que un aumento de la inflación derivado de la liberalización del mercado de cambio genere "disturbios sociales" en el país, donde la población se ve asfixiada por los altos precios, según advirtió un informe del FMI publicado el pasado 2 de agosto.
Esta institución espera que la inflación alcance un pico de entre un 30 y un 35 % a principios de 2025, para después reducirse hasta el 16 % entre ese año y el siguiente.
De momento, el birr se ha depreciado un 45 % desde la introducción de ese cambio: si el valor de un dólar era antes 57 birrs, ahora se sitúa en 100.
/jlm