Madrid, 24 ene (.).- El presidente de Iberdrola (BME:IBE), Ignacio Sánchez Galán, ha señalado que durante años se escuchó a los negacionistas del cambio climático, luego a los "retardistas" y ahora a los del 'green washing', todos ellos "con un objetivo único, hacer lo posible para que si la descarbonización tiene que llegar, llegue lo más tarde posible".
Sánchez Galán, durante su intervención este miércoles en la presentación de la Alianza Q-Cero, para la descarbonización de la demanda térmica en España, ha indicado, no obstante, que "hoy hay un clamor social por cambiar las cosas" y también consensos políticos.
Ignacio Sánchez Galán ha dicho que se necesita proteger al medio ambiente y reducir las importaciones de combustibles fósiles, y ha destacado como en la Conferencia del Clima de Dubai, un "país petrolero y gasero, pero comprometido con cambiar las cosas", consiguió que 118 países se comprometieran a triplicar la capacidad renovable para 2030 y a un abandono progresivo de los combustibles fósiles.
El presidente de Iberdrola considera que el objetivo se puede alcanzar, pues se cuenta con los medios, las tecnologías, la financiación y la ambición para hacerlo.
Sánchez Galán ha destacado los beneficios que tendrá ese crecimiento de las renovables, como precios de la electricidad más estables y predecibles, alejados de las volatilidades que han sufrido en los últimos años por los problemas en el suministro de combustibles fósiles.
También ha señalado que esa reducción de la dependencia energética evitará las limitaciones que puede suponer los problemas en el de transporte por la crisis en el Mar Rojo y que se generarán más empleos y de mayor calidad, con un crecimiento del 20 % anual, habrá menos emisiones y la calidad del aire será mejor.
Sánchez Galán ha destacado la importancia que tiene ese crecimiento en renovables para países como España, que gasta en comprar gas y petróleo una cuantía similar a los ingresos que deja el turismo extranjero en el país, "cuando tenemos un magnífico sol, viento y ríos", pudiéndose utilizar estos últimos como gigabaterías.
La alianza presentada este miércoles tiene el objetivo de acelerar la descarbonización en las industrias y de ella forman parte actualmente unas 40 empresas, entre ellas Heineken (AS:HEIN), BP (LON:BP), Ferrovial (BME:FER), Ence (BME:ENC), Bayer (ETR:BAYGN), Porcelanosa, Holcim o Tubos Reunidos (BME:TUR), si bien está abierta a la incorporación de más.
Entre sus objetivos, está poner sobre la mesa soluciones que ya existen para la descarbonización, identificar barreras tecnológicas y de negocio que puedan existir, y la obtención de fondos y apoyos públicos para la descarbonización del calor.
Entre los participantes en el acto, ha estado la secretaria de Estado de Industria, Rebeca Torró, que ha destacado que la presentación de la Alianza Q-Cero coincide con la apertura del plazo para solicitar las ayudas y préstamos de la primera convocatoria de la línea 1 del Perte de Descarbonización, que asciende a 1.000 millones euros (500 millones en ayudas y otros 500 en préstamos).
Ha recordado que estas ayudas servirán para la electrificación de procesos, uso del hidrógeno, reducción de gases de efecto invernadero y captura de carbono, entre otras cuestiones, y que el Perte en total tiene 3.170 millones de inversión pública y prevé movilizar 11.800 millones.
En nombre de las empresas, ha intervenido en el acto la consejera delegada de Holcim España, Carmen Díaz, quien ha subrayado que España tiene una oportunidad sin precedentes para hacer más fuerte el papel que tiene la industria en el país, y conseguir que las empresas españolas "sean más competitivas y sostenibles y construir progreso en España".
Por su parte, el consejero delegado de Magnon Servicios Energéticos, del grupo Ence, Guillermo Negro, ha destacado la importancia de la biomasa en la descarbonización y ha recordado que su compañía ofrece una solución para la descarbonización de la industria mediante una fuente renovable y gestionable como es la biomasa.
La demanda de energía térmica (calefacción, refrigeración, calor industrial) supone aproximadamente el 40 por ciento de la demanda de energía final en España.
Aproximadamente, se reparte a partes iguales entre la industria (donde más del 80 % se deriva de la producción de calor y el 20% de las emisiones de proceso) y los edificios de los sectores residencial y terciario.