Lisboa, 27 dic (EFE).- Las autoridades lusas informaron hoy de un nuevo caso de sabotaje en la A-22, una de las vías convertidas en autopista de pago este mes de diciembre, lo que supone el cuarto acto vandálico registrado desde la introducción de los peajes.
Un portavoz de la Guardia Nacional Republicana (GNR, equivalente a la Guardia Civil) confirmó hoy a EFE que trabajadores de la empresa concesionaria de la A-22 encontraron "dañada" una de las cajas de comunicaciones distribuidas a lo largo de la autopista.
Según estas mismas fuentes, el sabotaje fue detectado entre las cinco y las seis de la madrugada, cuando se comprobó que habían sido cortados los cables que contenía dicha caja, por los que habitualmente se transmite la información recogida por el sistema de peaje.
Desde la GNR apuntaron, además, que continúa abierta la investigación para descubrir quienes son los autores de los cuatro actos vandálicos registrados en la A-22, vía que conecta la región turística del Algarve con Andalucía, desde el pasado 8 de diciembre.
Casi veinte días después de su entrada en vigor, los peajes continúan generando polémica, con transportistas, empresarios del sector turístico y vecinos de ambos lados de la frontera en contra del pago en estas carreteras, con un coste por trayecto de entre 11 y 19 euros.
Además de la A-22, también se han convertido en autopistas de pago la A-23 (que atraviesa la región del Alentejo), la A-24 (colindante con Galicia) y la A-25 (fronteriza con Salamanca), aunque en éstas no se ha producido ningún intento de sabotaje.
El Gobierno luso ha intentado rebajar las críticas y anunció descuentos tanto para los residentes de municipios cercanos a estas vías como para transportistas, aunque en este último caso no ha precisado todavía si serán exclusivos para conductores portugueses o se harán extensivos a vehículos de matrícula extranjera.
El nuevo sistema supone una dificultad añadida para quienes no residen en Portugal, ya que no permite el pago en metálico ni con tarjeta de crédito y obliga a recurrir al alquiler de un dispositivo electrónico o a comprar una tarjeta prepago antes de comenzar el viaje.
La Federación Española de Transportistas (Fenadismer) ya presentó incluso una denuncia contra el Estado portugués ante la Comisión Europea por considerar que este sistema de exenciones supone una discriminación prohibida por el reglamento de la UE.
El Ejecutivo justifica la conversión en autopistas de pago de todas las antiguas SCUT (acrónimo de "sin coste para el usuario") por la necesidad de incrementar los ingresos estatales para reducir el déficit público y recortar la deuda de la empresa que gestiona las carreteras lusas, "Estradas de Portugal".
Los sabotajes comenzaron el lunes 12 de octubre, cuando fueron tiroteadas en la A-22 las cámaras de uno de los pórticos repartidos a lo largo de la autopista e incendiada la estructura donde están instalados los equipos informáticos del sistema de cobro.
Apenas un día después, un trabajador de la concesionaria de esta misma vía (Euroscut Algarve) resultó herido leve después de que un vigilante de seguridad de la concesionaria se acercara a un vehículo que consideró sospechoso y fuese recibido a tiros de escopeta.
Los disparos alcanzaron a un vehículo próximo, cuyos cristales se rompieron e hirieron a otro empleado.
El último de estos incidentes se produjo el viernes 16, cuando un grupo de individuos incendió una caja de comunicaciones al quemar los cables de fibra óptica a través de los que se transmite la información recogida por los pórticos electrónicos.
La GNR anunció la semana pasada un refuerzo de la seguridad en la A-22 para evitar que se produzcan más incidentes. EFE