Buenos Aires, 13 jul (EFE).- El Gobierno argentino dio hoy un paso más en el aumento de la presión fiscal a los consumidores al obligar a las empresas de servicios de luz, gas, agua y telefonía a informar sobre los usuarios que superen consumos medios.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) anunció que las empresas estarán obligadas a informar sobre los clientes que superen consumos mensuales de 1.000 pesos (220 dólares), con el objetivo de "optimizar la función fiscalizadora".
La medida implica un aumento de la vigilancia sobre los consumos de servicios de particulares, ya que las prestatarias de estos servicios sólo informaban del consumo de las empresas.
Hasta ahora, las compañías de servicios informaban semestralmente sobre las empresas que consumían más de 3.000 pesos (660 dólares), una obligación que pasa a ser mensual y respecto a cualquier tipo de consumidor, mientras que en el caso de los autónomos se informará independientemente del valor de su consumo.
El anuncio se produce en medio de una polémica en medios locales tras la sanción impuesta por la Afip a un empresario inmobiliario que hizo declaraciones a un diario sobre el impacto de la política monetaria del Gobierno en la caída de ventas de las viviendas y que fue mencionado por la presidenta, Cristina Fernández, en un discurso público.
"Resulta ser que este señor que estaba muy desanimado y decía que hacían 15 o 20 operaciones por mes, no tiene declaración jurada de ganancias ni de ningún tipo desde el año 2007. O mintió en el diario o le mintió a la AFIP", dijo Fernández esta semana.
La empresa fue sancionada con la suspensión de su número de identificación fiscal, lo cual la inhabilita para realizar operaciones, una situación que ha motivado la "preocupación" del presidente de la Cámara Argentina Inmobiliaria, Néstor Walenten.
"Si estos son los métodos, tengo que decirle que tengo miedo", dijo Walenten a Radio Mitre, en unas declaraciones en las que reiteró que las medidas impulsadas por el Gobierno para "pesificar" la economía se han traducido en una caída de las ventas en el sector inmobiliario.EFE