París, 23 feb (EFE).- El presidente francés François Hollande, reconoció hoy que Francia se ve obligada a revisar su objetivo de reducción del déficit en 2013 y añadió que el Estado debe llevar a cabo nuevas medidas de ahorro, pero no añadir austeridad.
Hollande se pronunció en una conferencia de prensa desde el Salón de Agricultura de París, un día después de que Bruselas afirmara que el déficit público, que el año pasado se quedó en el 4,5 % del producto interior bruto (PIB), se reducirá en 2013 al 3,6 por ciento.
"Estamos obligados a revisar nuestros objetivos. (...) Admito que no es el 3 %, pero estamos en un camino que demuestra un esfuerzo saludado por el Tribunal de Cuentas y por la Comisión Europea, y ese esfuerzo se va a mantener, para llegar al equilibrio al final del quinquenio", señaló.
Para lograrlo, según insistió, "no hay necesidad de añadir austeridad", sino de cumplir los objetivos, mejorar la competitividad y ahorrar sin aplicar medidas que frenen la inversión o el consumo.
"Al consumidor y a las administraciones ya se les ha pedido mucho, pero habrá que ahorrar en todos los presupuestos", indicó Hollande, destacando que mantiene su apuesta por el crecimiento, porque esa es la manera de llegar "más fácilmente a la reducción del déficit".
Hollande admitió que aunque las previsiones de la CE son menores de la que manejaban las autoridades galas (un 0,1 % en 2013 frente a un 0,8 %), las diferencias de cálculo no han sido exclusivas de Francia, sino que se han dado también en el conjunto de la zona euro.
Ante esta coyuntura apostó por "sacar la austeridad de la escala europea, aplicar el pacto de crecimiento negociado en junio, coordinar mejor las políticas económicas, hacer que los países con excedente puedan animar su mercado interno, y corregir los desequilibrios sin añadir políticas de recesión".
Hollande dijo no querer juzgar la austeridad impuesta en países como "España, Italia, Portugal, Grecia y otros", por considerar que "ante la gravedad de la situación tenían sin duda parte de razón", pero subrayó que su aplicación "ha empujado la economía europea hacia la baja".
El presidente recordó que Francia se ha comprometido a hacer un esfuerzo estructural "considerable, como nunca lo ha hecho un gobierno en al menos 30 años", y reiteró su voluntad de hacer del empleo juvenil una prioridad.
"En un país con un paro juvenil al 50 por ciento, como el que hay en algunos países, hay riesgos de explosión, y yo no quiero cuestionar la voluntad nacional", concluyó ante la prensa, donde se dijo dispuesto a evitar que se instale en la sociedad "una fractura entre generaciones y entre quienes tienen y no tienen empleo". EFE