Shirley Lau
Hong Kong, 31 dic (.).- Hong Kong, conocida antes por apodos como la "perla de Oriente" o uno de los "tigres asiáticos", recibió recientemente un nuevo sobrenombre por parte de internautas chinos: "reliquia de centro financiero internacional", por su posición internacional en declive y el mal desempeño de su Bolsa en 2023.
El humillante apodo pronto se hizo viral. En respuesta, el jefe financiero de Hong Kong, Christopher Hui, escribió un artículo para rechazar la etiqueta.
Su argumento fue que Hong Kong como centro financiero internacional tenía una base sólida y que varios segmentos del sector financiero local habían reportado crecimiento recientemente.
Pero muchos hongkoneses, empresarios y analistas no parecen compartir el optimismo de Hui, ya que la economía de Hong Kong lleva tiempo funcionando mal en varios aspectos y crecen las preocupaciones sobre si la ciudad semiautónoma china sigue siendo un centro financiero global.
Un mal año para la bolsa
Una fuente de pesimismo proviene de las acciones cotizadas en la Bolsa de Hong Kong, que estuvieron entre las peores del mundo en 2023.
El índice de referencia Hang Seng marcó el cuarto año consecutivo de descenso, la primera vez en la historia de 54 años del indicador, a pesar de que bolsas vecinas en Taiwán, Corea del Sur y Japón terminaron el año con un crecimiento de dos dígitos.
Tradicionalmente un importante destino para salidas de bolsa, Hong Kong vio una desaceleración significativa en la actividad de salidas en 2023, con el número de operaciones bajando un 21 % y los ingresos cayendo un 59 % al nivel más bajo en 20 años.
Además, el famoso mercado inmobiliario inasequible de la ciudad registró una caída de precios del 20 % desde su máximo histórico en 2021.
Asimismo, el número de empresas extranjeras con sede en Hong Kong también está en tendencia descendente, cayendo a 1.336 este año, el menor dato desde 2012.
Todos estos descensos están relacionados con los estrechos lazos de Hong Kong con China continental, cuya economía se enfrenta a un frenazo, según el analista de Eurasia Group Dominic Chiu.
"Vemos una situación paralela en China continental, donde las salidas de capital han alcanzado un récord en el tercer trimestre de este año", señaló a EFE Chiu, que agregó: "La mayor conexión de Hong Kong con China continental... puede ser una ventaja en los buenos tiempos, pero un inconveniente cuando la perspectiva económica nacional se deteriora".
A principios de diciembre, la agencia de calificación crediticia Moody's rebajó el crédito de Hong Kong de estable a negativo, citando los estrechos vínculos de la ciudad con China continental y la erosión de su autonomía bajo la ley de seguridad nacional impuesta por Pekín en 2020.
Tensiones geopolíticas
Las tensiones geopolíticas también están dando forma a la situación económica de Hong Kong, ciudad que lleva años atrapada en medio de las tensiones entre China y EE. UU.
A mediados de diciembre, el Congreso de EE. UU. aprobó una ley que designa a China, incluyendo Hong Kong, como un "adversario extranjero", poniendo a la región semiautónoma al mismo nivel que Rusia, Corea del Norte e Irán.
El punto de inflexión se produjo en julio de 2020, cuando el entonces presidente de EE. UU., Donald Trump, revocó el estatus comercial especial de Hong Kong, poco después de que entrara en vigor la citada ley, lo que significa que las agencias gubernamentales de EE. UU. ya no darían tratamientos comerciales preferenciales a Hong Kong en comparación con China continental.
Siendo el "instrumento de competencia estratégica de EE. UU. con China", Hong Kong "está sufriendo daños colaterales", indicó Chiu.
Según el experto, "algunos legisladores beligerantes de EE. UU. creen que Hong Kong puede ser un saco de boxeo que pueden usar para herir a China sin sufrir demasiada represalia... El potencial de que Hong Kong se convierta en un objetivo geopolítico está reduciendo el apetito de los inversores".
El estado de la economía de Hong Kong está generando pesimismo entre la población: una nueva encuesta indicó que los hongkoneses tienen una tasa de optimismo neto de cero puntos porcentuales para su ciudad en 2024.
Incluso personas consideradas favorables a Pekín como Lo Man-tuen, que instó recientemente a Hong Kong a reparar las relaciones con EE. UU., están expresando su preocupación.
El legislador oficialista Paul Tse sugirió que el Gobierno se había centrado demasiado en la seguridad nacional, poniendo a las empresas bajo presión.
Sin embargo, el jefe del Ejecutivo de Hong Kong, John Lee, insiste en que Hong Kong está "en la etapa crucial de avanzar hacia la prosperidad".
Recientemente, Lee afirmó que algunas personas oponen "resistencia blanda" bajo el pretexto de criticar las políticas económicas y que, en 2024, su administración promulgará la ley de seguridad nacional propia de la ciudad para atacar dicha "resistencia".
Por su parte, el comentarista político y exbanquero Gordon Poon aseveró que la ley de seguridad nacional adicional no causará revuelo porque gran parte de la inversión ya habrá huido, pero su implementación "podría ser el golpe de gracia".