Oviedo, 25 oct (.).- Hunosa transformará la central térmica de La Pereda (Asturias), donde quemaba el carbón de su última explotación minera en activo -el pozo San Nicolás-, en una de biomasa tras resultar adjudicataria de 50 megavatios para ese fin en la subasta convocada por el Ministerio para la Transición Ecológica para otorgar el Régimen Económico de Energías Renovables (REER).
Según ha informado la compañía minera pública, esa transformación responde a los objetivos de consolidar la viabilidad de la compañía, "contribuir a una economía limpia y sostenible y vertebrar su territorio de referencia, con un claro compromiso con la descarbonización".
Hunosa considera que el régimen retributivo obtenido avala la continuidad de La Pereda durante al menos 20 años y garantiza el mantenimiento del empleo de la instalación y la generación de otros nuevos al impulsar la actividad que supondrá el desarrollo del sector de la biomasa forestal además de permitir acometer nuevos proyectos de captura de CO2 y de redes de calor en torno a esta instalación.
El plan de transformación de La Pereda fue aprobado en diciembre de 2020 por el Consejo de Administración de Hunosa con el objetivo de asegurar la rentabilidad de la central y de la empresa, contribuir a la descarbonización de la economía y favorecer la vertebración de las comarcas afectadas por el cierre de la minería mediante el mantenimiento y la creación de empleo.
Desde entonces el proyecto ha superado todos los trámites medioambientales y el pasado mes de mayo la Comisión de Asuntos Medioambientales (Cama) emitió el preceptivo informe favorable de impacto medioambiental y posteriormente lo hizo la administración autonómica.
El uso de la biomasa como combustible se enmarca en el proceso de transición ecológica y permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la mejora de la eficiencia energética y el impulso de la generación de energía eléctrica a partir de fuentes de energía renovables y, además, el proyecto tiene vocación de ayudar al necesario impulso de la gestión forestal de los bosques.
Según Hunosa, su plan para La Pereda incide en la transición justa a una economía descarbonizada al favorecer la vertebración de las comarcas afectadas por el cierre de la minería dado que el proyecto permitirá mantener los puestos de trabajo actuales y la creación de, al menos, unos 200 nuevos empleos por empresas dedicadas a la gestión forestal y tratamiento de la biomasa.
La Pereda es una central termoeléctrica de lecho fluido circulante, con una potencia de 50 MW que se puso en explotación en 1994 dentro de la política de diversificación y puesta en valor de los conocimientos y recursos naturales de Hunosa.