Se acercan las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024, y las posibles repercusiones macroeconómicas y políticas del resultado de las elecciones se están convirtiendo cada vez más en el centro de atención de inversores y analistas.
Según un reciente análisis de los economistas de JPMorgan, áreas políticas clave como la inmigración, el comercio, la política fiscal y la política industrial podrían experimentar cambios significativos dependiendo de si el presidente Biden es reelegido o el ex presidente Trump.
Una diferencia importante entre los candidatos es su postura sobre la política de inmigración. El presidente Biden ha aplicado normas más estrictas para la entrada en las fronteras, pero ha permitido la entrada en el país de un elevado número de inmigrantes. Esta política ha dado lugar a ventajas económicas como una mayor mano de obra y un mayor gasto de los consumidores, que apoyan la creación de empleo y mantienen bajas las tasas de vacantes en la vivienda, incluso con una terminación constante de nuevas viviendas.
En cambio, Trump ha prometido cerrar la frontera suroeste e iniciar expulsiones generalizadas de inmigrantes no autorizados. Tales medidas podrían anular las ganancias económicas de los altos niveles de inmigración, lo que posiblemente conduciría a una fuerza de trabajo más pequeña y un menor gasto de los consumidores, lo que podría resultar en un mayor desempleo y más viviendas vacías, según los economistas de JPMorgan.
Los expertos jurídicos no se ponen de acuerdo sobre si los tribunales apoyarían la expulsión generalizada de inmigrantes no autorizados, pero el presidente tiene un poder considerable para restringir la inmigración.
La política comercial es otro ámbito en el que los candidatos difieren significativamente. La administración Biden ha mantenido muchos de los aranceles sobre productos chinos que introdujo Trump, pero éste ha sugerido medidas aún más estrictas, como un arancel del 60% sobre todos los productos procedentes de China y un arancel del 10% sobre todos los productos extranjeros.
Los analistas de JPMorgan han observado que el impacto de los aranceles en el crecimiento económico podría ser menor de lo esperado. "Sin embargo, los anuncios relativos a los aranceles iniciales introducidos por Trump tuvieron efectos significativos y negativos en el mercado de valores", han remarcado los economistas.
"Esta discrepancia puede deberse a que los modelos comerciales no tienen en cuenta factores intangibles como la incertidumbre política. En cualquier caso, existe una considerable incertidumbre a la hora de estimar los efectos sobre el crecimiento", prosiguieron.
Bajo Biden, la política fiscal probablemente incluiría la continuación de ciertos elementos de la Ley de Recorte de Impuestos y Empleos de 2017 (TCJA, por sus siglas en inglés) para las personas que ganan menos de $ 400,000, al tiempo que restaura tasas impositivas más altas para los que ganan más, señalaron los economistas.
Biden también tiene la intención de aumentar la tasa de impuestos corporativos del 21% al 28%, elevar la tasa de impuestos GILTI al 21% e introducir otras medidas para generar ingresos. Su plan está diseñado para producir aproximadamente 150.000 millones de dólares anuales, lo que supone alrededor del 0,5% del PIB, después de considerar los ingresos perdidos por un crédito fiscal infantil ampliado y otros beneficios fiscales.
Por otro lado, las propuestas fiscales de Trump son menos detalladas, pero indican una continuación de todas las medidas de la TCJA y posiblemente una amplia reducción de impuestos para individuos y empresas en varios niveles de ingresos.
"Si Trump tuviera que llegar a un acuerdo con una Cámara de mayoría demócrata, es posible que el tipo del impuesto de sociedades aumentara", afirmaron desde JPMorgan. "Y como se mencionó anteriormente, cualquier ingreso por el aumento de los aranceles podría ser considerado por una administración Trump como una forma de financiar la continuación o expansión de la TCJA".
En cuanto a la política industrial, especialmente en lo que respecta a la transición a la energía verde, esta área podría estar en riesgo bajo una presidencia de Trump, mencionaron los economistas.
Mientras que la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) y la Ley CHIPS han llevado a anuncios de casi medio billón de dólares en inversiones en fabricación de semiconductores y tecnología limpia, la resistencia a estas iniciativas medioambientales podría amenazar esta inversión.
Sin embargo, los analistas de JPMorgan creen que este riesgo es controlable por dos razones principales.
En primer lugar, derogar completamente la IRA requeriría que el Partido Republicano controlara todas las ramas del Gobierno, algo que JPMorgan considera improbable. Sin esto, una administración Trump sólo podría desacelerar los préstamos del Departamento de Energía (DOE) y reducir ciertos subsidios, mientras que la mayor parte del apoyo de la IRA se mantendría. En segundo lugar, gran parte del gasto de la IRA y la Ley CHIPS se dirige a áreas que suelen apoyar al Partido Republicano, lo que podría reducir la oposición incluso si los republicanos obtuvieran el control total.
En cuanto a la política antimonopolio, la administración de Biden ha perseguido activamente a grandes empresas tecnológicas como Google (NASDAQ:GOOGL) y Meta (NASDAQ:META).
Por el contrario, una segunda administración Trump podría adoptar una postura más relajada en la aplicación de la legislación antimonopolio, aunque algunas voces conservadoras han expresado un mayor apoyo a las políticas de competencia robustas.
Incluso con una aplicación proactiva bajo el mandato de Biden, la proporción de ingresos que va a parar a los trabajadores se mantiene cerca de mínimos históricos, "lo que demuestra que estos patrones industriales no cambiarán inmediatamente con un cambio en la administración presidencial", indicaron los economistas de JPMorgan.
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