São Paulo, 4 dic (.).- La transición del sector industrial brasileño a una economía con bajas emisiones de carbono hasta 2050 costará 40.000 millones de reales (unos 7.380 millones de euros, al cambio de hoy), apuntó un estudio divulgado este lunes.
Los datos figuran en el estudio 'Oportunidades y riesgos de la descarbonización de la industria brasileña-hoja de ruta para una estrategia nacional', presentado por la Confederación Nacional de la Industria (CNI) en la cumbre del clima COP28, que se realiza en Dubái.
Esa transición, apuntó el documento, presenta desafíos debido al "alto costo" de las nuevas tecnologías para adoptar procesos de producción más limpios, lo que torna más difícil el flujo de inversiones con ese propósito.
"Con las condiciones adecuadas, la industria brasileña puede convertirse en un actor importante en la economía global de bajas emisiones de carbono", afirmó el presidente de la CNI, Ricardo Albán, citado en un comunicado.
No obstante, agregó Albán, para conseguir ese objetivo se necesitan condiciones económicas y políticas claras y estables para atraer esas inversiones.
En septiembre de este año, el Gobierno anunció una revisión del Objetivo Climático de Brasil, en el que el país se compromete a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 48 % para 2025 y en un 53 % para 2030.
Según el estudio del CNI, la mayoría de los sectores analizados tienen potencial para mitigar las emisiones de ese tipo de gases a medio y largo plazo, destacando el cemento, el acero y el aluminio, que son los mayores consumidores de energía en sus procesos.
La CNI simuló tres escenarios para averiguar si Brasil puede cumplir los objetivos acordados y entender si la tarifación del carbono podría tener algún impacto en estos compromisos.
En todos se uso como referente el Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (CBAM, en inglés).
El CBAM busca que las compañías europeas sujetas a las normas climáticas del bloque y que tienen que pagar por sus derechos de emisión de CO2 no estén en desventaja frente a sus rivales de terceros países con exigencias climáticas más laxas.
Partiendo de los objetivos actuales brasileños, el país sudamericano no alcanzará esas metas ni llegará en 2050 a una tasa de emisión de gases cero si no se realiza una tarifación a las empresas y no se adoptan cambios en la forma de producción.
Algunos de los ejemplos citados para ser aplicados en la producción de diversos productos fueron la recuperación del calor para conseguir recursos como la generación de electricidad y adoptar el uso de biomasa y de gas natural en algunos de los equipos.