Imane Rachidi
La Haya, 9 may (.).- La inspección del Ministerio de Trabajo en Países Bajos denuncia que las empresas de trabajo temporal mantienen a los temporeros, entre los que hay cientos de españoles cada año, en “condiciones miserables”, expuestos a riesgos para su salud, y con un “equilibro de poder distorsionado” que tiene un impacto psicológico en los trabajadores.
La lista de irregularidades es larga: despidos al cumplir los días suficientes para obtener más derechos laborales; viviendas sucias y caras; falta de garantías de horas de trabajo mínimas; y abuso de los autónomos para evitar impuestos y pagos del salario mínimo. Es la situación de medio millón de temporeros europeos que trabajan principalmente en horticultura, mataderos, fábricas y centros de distribución en Países Bajos.
La inspección cree que estos temporeros se mantienen en viviendas “en condiciones cada vez más miserables” y que las empresas priorizan el trabajo “barato”, ignorando la necesidad de mejorar las condiciones laborales de sus empleados.
“La amplia oferta de personal extranjero barato significa que hay pocos incentivos para innovar los procesos comerciales o mejorar las condiciones de trabajo”, dice, señalando que algunas empresas incluso intimidan a los temporeros, sobre todo a los de Europa del Este, para que no denuncien los abusos y falta de derechos.
El informe, enviado al Parlamento, aboga por limitar el número de migrantes que acuden a Países Bajos para realizar trabajos poco cualificados, e insta a reducir la presión en la sociedad y los problemas relacionados con el aumento de la población, como la crisis de vivienda, la desigualdad, el uso del agua, y las emisiones de CO2 y nitrógeno.
EL TRABAJO QUE NADIE QUIERE
Hay una “alta rotación de trabajadores temporales anónimos que están expuestos a productos químicos peligrosos, a quienes se les promete 40 horas semanales, pero trabajan 20. Que trabajan 40 pero se les paga 20, un equilibrio de poder distorsionado que tiene un impacto psicológico y conlleva un riesgo de acoso”, señaló el inspector jefe, Rits de Boer.
Hay temporeros que “esperan un mensaje que les diga si tienen trabajo al día siguiente o no, aunque se les había prometido un trabajo adecuado", y en algunos casos, los obreros duermen en el mismo sitio de la construcción.
De Boer señaló la percepción de que los temporeros “hacen el trabajo que los neerlandeses no quieren hacer”, y se preguntó que "si los neerlandeses no quieren hacer los trabajos duros, sucios y peligrosos, ¿es ese realmente el tipo de trabajo que deberíamos estar ofreciendo en Países Bajos?”.
El centro nacional Pharos, que lucha por las desigualdades en el ámbito sanitario, publicó un informe en abril en el que advertía de que los temporeros corren el riesgo de sufrir graves problemas de salud física y mental por sus condiciones laborales: largas horas de trabajo, presión de alta productividad, trabajo físico duro e incertidumbre sobre el alojamiento.
TEMPOREROS ESPAÑOLES
Temporeros españoles denunciaron hace más de dos años a Efe que, tras llegar con promesas laborales ajustadas a la legalidad neerlandesa y con un salario que triplica el mínimo español, se vieron obligados a firmar contratos engañosos, que les condujeron a una espiral de abusos laborales, sueldos míseros y alojamientos inadecuados, que incluso les crearon deudas económicas con la empresa contratante.
Hay unas 14.000 agencias de empleo temporal en Países Bajos: son fáciles de formar, no requieren autorización especial y apenas hay supervisión independiente, lo que conduce a abusos de los empleados migrantes.
La pandemia también evidenció esas condiciones abusivas, sobre todo tras el disparo de contagios en la industria cárnica, lo que llevó a la Comisión para la Protección de Empleados Migrantes a denunciar que es “imposible” mantener la distancia en las viviendas y a recordar su “vulnerabilidad”, al depender de su empleador.
Un informe encargado por el gobierno pidió en 2020 la reintroducción de licencias para las Empresas de Trabajo Temporal (ETT) y recomendó impedir que las agencias brinden viviendas, y que en su lugar obtengan contratos de alquiler individuales y sus propias habitaciones.
De momento, ni el anterior gobierno (2017-2021) ni la coalición que llegó el pasado enero han dado pasos para implementar medidas y dignificar el trabajo temporal en Países Bajos.