Roma, 7 dic (.).- El Gobierno italiano y los agentes sociales llegaron hoy a un acuerdo sobre las normas que regularán el "trabajo inteligente" en el sector privado, entre las que se encuentran el derecho a la desconexión o que el empleador proporcionará los equipos tecnológicos e informáticos necesarios.
El Ministerio italiano de Trabajo informó en una nota de que los sindicatos y los empresarios respaldaron el protocolo nacional que contiene las pautas con las que la negociación colectiva regulará esta modalidad laboral -puesta en marcha con la pandemia-.
Se llama "trabajo inteligente" y tiene similitudes con el "teletrabajo", pero va más allá porque permite trabajar desde casa y desde cualquier lugar, con horarios flexibles para favorecer el equilibrio entre el ámbito personal y laboral, pero también fomenta la responsabilidad individual hacia la consecución de determinados objetivos que son controlados con evaluaciones, favorece un ahorro de los costes y tiene un impacto positivo en la productividad.
Las compañías que quieran seguir manteniendo a sus plantillas o a parte de ellas en el llamado "trabajo inteligente" una vez acabada la emergencia de coronavirus pueden utilizar ya este marco de referencia pactado hoy, a la espera de que se firmen los contratos colectivos.
Italia considera que este es un paso crucial para regularizar una realidad, que se ha extendido notablemente durante la pandemia y que puede haber llegado para quedarse, sobre todo en determinadas profesiones.
El "trabajo inteligente" será voluntario y estará sujeto a la firma de un acuerdo individual, pero si el trabajador se niega a realizar sus labores en esta modalidad no podrá ser despedido ni amonestado.
El empleado podrá trabajar en varias franjas horarias, pero se le garantizará su derecho a la desconexión y podrá desactivar sus dispositivos electrónicos en periodos como enfermedades, bajas retribuidas o vacaciones.
El trabajador podrá libremente identificar el lugar donde desarrollar sus labores, en condiciones de seguridad y confidencialidad, pero los convenios colectivos también podrán indicar qué puestos no son aptos.
El empleador proporcionará los equipos tecnológicos e informáticos necesarios, salvo acuerdo por escrito que diga lo contrario, y el trabajador tendrá derecho a la protección frente a accidentes o enfermedades que deriven de los riesgos asociados a las labores ejecutadas fuera de las instalaciones de la empresa.
Disfrutar del "trabajo inteligente" no eliminará los derechos sindicales y tampoco afectará a la retribución salarial o al nivel de responsabilidad del cargo.
Las empresas se comprometerán a facilitar el acceso a este tipo de trabajo a las personas con discapacidad, con miras a utilizar este método como una medida de inclusión y adaptación.
Por su parte, el trabajador estará obligado a mantener la confidencialidad de los datos e información que maneje de la empresa.