Johannesburgo, 23 sep (.).- La aerolínea sudafricana South African Airways (SAA) volvió a volar este jueves tras un parón de un año y medio motivado por la covid-19 y por los graves problemas financieros de la compañía, que llevaron al Estado en junio pasado a decidir vender una participación del 51 % a un consorcio privado.
Los vuelos se reanudaron con la principal ruta aérea nacional, la que une Johannesburgo y la urbe costera de Ciudad del Cabo (en el suroeste del país), que tendrá tres trayectos diarios.
En el aeropuerto internacional OR Tambo de Johannesburgo, los empleados de SAA celebraron la vuelta a los cielos con bailes y rodeados de globos que adornaban los mostradores.
"Queremos agradecer a los sudafricanos por creer en nosotros", expresó a primera hora el jefe de pilotos de la aerolínea de bandera sudafricana, Mpho Mamashela, en declaraciones a la cadena local Enca poco antes de que el primer avión de SAA despegara en Johannesburgo.
El reinicio, por el momento, es modesto, con una flota nueva de tan solo 6 aeronaves que está muy lejos de las 46 con las que la compañía operaba en el pasado.
A partir de finales de este mes se retomarán poco a poco los vuelos internacionales, que unirán Sudáfrica con otros puntos estratégicos del continente africano como las ciudades de Accra (Ghana), Lusaka (Zambia), Kinshasa (República Democrática del Congo) y Maputo (Mozambique).
UNA DÉCADA DE INSOLVENCIA Y RESCATES CON DINERO PÚBLICO
La reanudación de los vuelos era un paso fundamental para el futuro de la compañía, cuya supervivencia estaba en la cuerda floja ya antes de que la pandemia de la covid-19 interrumpiera totalmente sus operaciones en marzo de 2020.
SAA, que tiene más de 90 años de historia y fue una de las aerolíneas más importantes de África, llevaba sin obtener beneficios desde 2011 y sobrevivía solo a base de constantes inyecciones de dinero público.
A comienzos de 2020 su destino era más incierto que nunca, ya que en febrero el Gobierno debía inyectar unos 138 millones de dólares (121 millones de euros) para que siguiera operando con normalidad y no llegaron, lo que obligó a SAA a cancelar docenas de vuelos.
El estallido de la crisis de la covid-19 y el cierre del espacio aéreo sudafricano añadió aún más incertidumbre al futuro de la aerolínea, mientras se trataba de acordar un plan de reestructuración entre todas las partes implicadas (incluidos acreedores y trabajadores de la compañía).
En junio pasado, tras más de un año sin vuelos, el Gobierno sudafricano anunció la venta de un 51 % de las participaciones de la compañía estatal al consorcio privado Takatso -que incluye el grupo de inversión panafricano en infraestructuras Harith General Partners y la empresa de aviación Global Aviation-, mientras que el Estado retendría el restante 49 %.
Takatso se colocó como comprador preferente con un plan para recuperar la solvencia de la compañía que incluye una inversión de 3.000 millones de rands (unos 175 millones de euros) en los próximos tres años.
El acuerdo con este consorcio privado, sin embargo, aún no está finalizado, por lo que Takatso no ha estado aún directamente implicado en la reanudación de las operaciones.