Lisboa, 30 oct (.).- La estatal Caixa Geral de Depósitos (CGD), el mayor banco de Portugal, obtuvo un beneficio de 369,3 millones de euros entre enero y septiembre, frente a las pérdidas de 46,8 millones que registró en el mismo periodo de 2017, informó hoy en un comunicado.
Los resultados superan el beneficio de 2017 -cuando dejó atrás seis años consecutivos de pérdidas con unas ganancias de 51,9 millones de euros-, impulsado principalmente por las menores provisiones y por la caída de los costes de estructura.
El año pasado, la CGD aprovisionó 322 millones para afrontar futuras pérdidas derivadas de la venta de algunas de sus filiales internacionales, una partida que no tuvo que incluir en las cuentas de 2018.
Además, los costes de estructura disminuyeron un 30,6 %, hasta 738,9 millones, ya que el año pasado fueron muy elevados por el programa de reducción de plantilla y la reestructuración de sucursales internacionales.
Estos dos factores permitieron que la CGD pasase a beneficios a pesar de la reducción del margen financiero -diferencia entre los intereses pagados por los depósitos y los cobrados por los créditos-, que bajó un 2,4 % en el total del grupo, hasta los 886,5 millones de euros.
El margen financiero global fue afectado por la devaluación de las divisas de Angola y Macao, donde el banco tiene actividad, aunque en Portugal avanzó un 4 %, hasta 546,4 millones.
Las comisiones, en el total del grupo, registraron un crecimiento del 8,8 % frente a los nueve primeros meses de 2017 y se situaron en 362 millones de euros.
El producto bancario, equivalente a los ingresos de la entidad, cayó el 12,8 %, hasta los 1.330,1 millones, debido a la significativa caída de los resultados de operaciones financieras.
El crédito en riesgo se redujo hasta el 10,5 % del total, frente al 13,1 % de un año antes, mientras la ratio de solvencia "CET 1 fully implemented" se situó en el 14,6 %, seis décimas por encima del cierre de 2017.
La CGD tiene una filial en España, el Banco Caixa Geral (BCG), que actualmente está a la venta y por la que mostraron interés las españolas Abanca y Cajamar y el fondo estadounidense Cerberus.
El banco culminó en 2017 un proceso de recapitalización acordado entre el Gobierno portugués y la Comisión Europea, que reforzó el capital del banco en unos 4.400 millones de euros.