Lisboa, 16 ago (EFE).- La presión sobre la deuda portuguesa a 10 años, utilizada como referencia, volvió a caer hoy, lo que permitió a las obligaciones lusas cotizar por quinto día consecutivo por debajo de la barrera del 10 % de interés.
La penalización sobre los títulos de Portugal ha bajado de forma constante durante las últimas semanas en el mercado secundario, donde se compran y venden los bonos adquiridos en subasta pública.
Esta tendencia contrasta con la que viven otros países como Grecia, Italia o España, donde la presión sobre su deuda se mantiene.
El interés de las obligaciones lusas (aquellos títulos con vencimiento superior a dos años) se ha desplomado de forma notable desde principios de 2012, cuando alcanzó su máximo histórico.
Los bonos a diez años cotizaban hoy al 9,78 %, lejos del 17 % al que llegaron a pagarse a finales de enero.
También la rentabilidad de los títulos a cinco años ha caído significativamente hasta situarse hoy en el 8,37 %, cuando hace ocho meses llegaron a superar el 22 %.
Todavía en mayor medida se ha reducido la presión sobre las obligaciones lusas a dos años, que se compraban hoy al 5,74 % de interés y que a finales de enero sobrepasaban el 21 %.
Esta rebaja de los intereses que penalizan la deuda de Portugal, sin embargo, no es suficiente en opinión de analistas y agencias de calificación de riesgo, que defienden que estas tasas son todavía excesivamente altas.
El país se encuentra bajo la asistencia financiera de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional desde mayo de 2011, una ayuda que le ha permitido no emitir deuda a largo plazo en los últimos 15 meses para evitar pagar penalizaciones inasequibles como las que pagó justo antes de solicitar el rescate.
Portugal tiene previsto volver a subastar obligaciones a partir del segundo semestre de 2013, pero los expertos advierten de que los intereses a los que cotizan sus títulos en el mercado secundario -usados como valor de referencia- son demasiado elevados todavía, lo que podría obligarle a solicitar de nuevo ayuda financiera.
El Gobierno luso, por el contrario, se mantiene firme en su intención de lograr sus objetivos y ha empezado a emitir deuda a plazos más largos -de un año e incluso año y medio- para comprobar la reacción de los mercados. EFE