Madrid, 4 oct (.).- La escalada del conflicto en Oriente Próximo ha lastrado a las bolsas europeas, pese al repunte de este viernes, y ha impulsado los precios del crudo en una semana en la que también han pesado los datos de empleo en EE.UU. y la decisión de la OPEP+ de reactivar la producción a partir de diciembre.
El ataque con misiles de Irán contra Israel del pasado martes elevó también los precios del oro y de los bonos de los países más solventes, pero su efecto se ha diluido. El dólar sale fortalecido de la crisis.
Las principales bolsas europeas se han visto animadas este viernes por los datos de empleo en EE.UU., mejores de lo esperado, y han conseguido cerrar la sesión en verde. Sin embargo, las caídas han sido generalizadas en el cómputo semanal.
El IBEX 35, el principal índice de la Bolsa española, ha subido un 0,35 % en la sesión y ha cerrado en 11.659,2 puntos.
En el conjunto de la semana, el selectivo pierde un 2,58 %, el peor dato en dos meses.
En el resto de Europa, las subidas se han impuesto en la sesión. Milán ha ganado un 1,28 %; París, un 0,85 %; y Fráncfort, un 0,55 %. Londres ha bajado un mínimo 0,02 %.
En la semana, Milán retrocede un 3,26 %; París, un 3,21 %; Fráncfort, un 1,81 %; y Londres, un 0,48 %.
En EE.UU., los principales índices apuntan a pérdidas semanales moderadas, inferiores a las registradas en Europa.
Los inversores estaban pendientes este viernes del informe oficial de empleo de septiembre en EE.UU., que ha sido mejor de lo esperado.
"El informe debería ayudar a aliviar el temor de los inversores a que el mercado laboral estadounidense se tambalee", señala Bret Kenwell, de la plataforma de inversión eToro.
En su opinión, esos datos "probablemente eliminen la posibilidad de un recorte de tipos de 50 puntos básicos en la próxima reunión de la Reserva Federal".
En Asia, esta semana destacan la fuerte subida de Hong Kong (14 %), a rebufo de los estímulos en China, y el retroceso de Tokio (-3 %).
Al margen de los mercados bursátiles, la nota más destacada ha sido la revalorización del petróleo, que suma cuatro sesiones al alza y podría anotarse la mayor subida semanal en dos años, cercana al 9 %.
A la hora de cierre de los mercados europeos, el Brent, el crudo de referencia en Europa, subía un 1,4 % y se acercaba a los 79 dólares por barril, cota que ha llegado a tocar. Es el nivel más alto desde finales de agosto.
La escalada del crudo comenzó el martes después de que EE.UU. anunciara un inminente ataque de Irán contra Israel.
Los precios se moderaron el miércoles, tras mantener la OPEP+ su decisión de reactivar la producción a partir de diciembre, y volvieron a repuntar el jueves ante la posibilidad de que Israel ataque instalaciones petroleras iraníes.
Ignacio Cantos, director de Inversiones de ATL Capital, atribuye el despegue del petróleo a la situación en Oriente Próximo, en especial a la entrada en escena de Irán, pero precisa que, de momento, la subida se limita a compensar las caídas registradas en septiembre.
"Vemos una vuelta a la zona media de los últimos años", explica.
Los analistas coinciden en que los factores clave a partir de ahora serán la situación en Oriente Próximo; la evolución de la demanda, ahora estancada; y los niveles de producción que fije la OPEP+.
La situación en Oriente Próximo ha tenido un impacto más matizado en el oro.
El precio del metal dorado repuntó un 1,1 % el martes, tras el ataque iraní contra Israel, pero ha perdido fuelle desde el miércoles. A la hora de cierre de los mercados europeos, subía un 0,2 %, hasta 2.651 dólares por onza.
Similar trayectoria ha seguido la rentabilidad de la deuda soberana.
Los bombardeos iraníes aumentaron la demanda de bonos de los países más solventes, lo que elevó su precio y rebajó su rentabilidad.
Sin embargo, el rendimiento de la deuda se ha ido recuperando. La rentabilidad del bono español a diez años, el de referencia, repunta este viernes hasta el 2,961 %.
La apreciación del dólar ha sido más duradera y se ha intensificado tras publicarse los datos de empleo en EE.UU., que alejan la posibilidad de recortes drásticos de tipos por parte de la Reserva Federal.
A la hora de cierre de los mercados europeos, el euro retrocedía un 0,7 % frente a la moneda estadounidense y se cambiaba a 1,0953 unidades.
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