En la vasta y árida extensión de la Patagonia argentina, la formación de esquisto Vaca Muerta está experimentando un auge sin precedentes en la actividad de perforación y producción. Este fenómeno se debe a las políticas favorables al mercado implementadas por el país y a las crecientes preocupaciones globales sobre la estabilidad del suministro de petróleo.
Esta región, cuya extensión es comparable a la de Bélgica, se distingue por albergar las segundas mayores reservas de gas de esquisto y las cuartas mayores reservas de petróleo de esquisto del mundo.
El gobierno argentino, bajo el liderazgo del presidente Javier Milei, está impulsando activamente el crecimiento de las exportaciones de petróleo y gas como estrategia para fortalecer las reservas de divisas del país.
Como consecuencia, la zona está experimentando un rápido desarrollo de infraestructuras, que incluye la construcción de gasoductos para transportar gas a Buenos Aires y proyectos de plantas de gas natural licuado (GNL).
Añelo, una pequeña localidad cercana al corazón de Vaca Muerta, se ha transformado en un centro neurálgico para el sector energético. Su población ha crecido un 10% en el último año, y lo que antes era un modesto caserío ahora cuenta con nuevas viviendas, hoteles, restaurantes e incluso un casino, para atender a la creciente afluencia de trabajadores del sector energético.
Esta semana, miles de ejecutivos del sector petrolero se dan cita en la región para participar en una importante cumbre energética. Los temas a tratar incluyen infraestructuras, planes de exportación de GNL y posibles acuerdos energéticos. Debido a este evento, los alojamientos en las áreas circundantes, incluyendo la capital Neuquén, están completamente ocupados.
A pesar del vertiginoso crecimiento, la infraestructura de la región lucha por mantenerse al día con la afluencia de personas y las demandas de esta floreciente industria. José Luis Sureda, ex secretario de recursos hidrocarburíferos de Argentina, ha señalado la necesidad urgente de mejorar las carreteras locales, escuelas y viviendas para hacer frente a este crecimiento acelerado.
La inversión en Vaca Muerta se ha visto impulsada por un programa de incentivos que ofrece ventajas fiscales y un acceso más favorable a los mercados de divisas para grandes proyectos en los sectores de energía y minería.
Sin embargo, el establecimiento de instalaciones de exportación de GNL sigue siendo un desafío importante. El potencial para aumentos significativos en la producción de petróleo y gas depende en gran medida del desarrollo de esta infraestructura logística.
Daniel Dreizzen, director de Aleph Energy y ex secretario de planificación energética, afirma que si se mantiene este impulso, Argentina podría convertirse en un actor energético global de peso para 2030. Este año se ha registrado un aumento en el número de pozos de fracturación hidráulica, y la producción de petróleo y gas ha alcanzado niveles récord.
Mientras el foco sigue puesto en la construcción de gasoductos y terminales de exportación de gas, se reporta que un importante acuerdo para una terminal de GNL entre el gigante energético estatal YPF y la malasia Petronas está enfrentando dificultades, lo que subraya los desafíos que aún quedan por delante.
Dreizzen prevé que la inversión anual en el sector podría casi duplicarse hasta alcanzar los 23.000 millones de dólares en los próximos ocho años. Esto pone de manifiesto la naturaleza a largo plazo del proyecto y la necesidad de un desarrollo extensivo de infraestructuras.
Reuters contribuyó a este artículo.
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