París, 21 jun (.).- Las inversiones en energías limpias en los países en desarrollo y en las economías emergentes tendrían que triplicarse de aquí a 2030 para estar en línea con los objetivos internacionales de limitación del cambio climático.
En un informe publicado este miércoles, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y de la Corporación Financiera Internacional (IFC, una entidad vinculada al Banco Mundial) estiman que habría que pasar de los 770.000 millones de dólares en 2022 a al menos 2,8 billones anuales a comienzos de la década de 2030.
Además, la AIE y la IFC subrayan que los fondos públicos por sí solos no serán suficientes para ofrecer un acceso universal a la energía en esos países y para afrontar el cambio climático.
En realidad, la financiación privada tendrá que multiplicarse por un factor netamente superior y pasar de los 135.000 millones de dólares anuales actualmente a como mínimo 1,1 billones cada año al inicio de la próxima década.
Los autores del estudio creen que la forma de movilizar dinero privado es con una asociación de la financiación pública que debe servir para reducir el riesgo de los proyectos.
En total, dos tercios del dinero para las energías limpias tendría que llegar de fuentes privadas.
El director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, destaca que el mundo de la energía actualmente "se está moviendo rápido, pero hay un gran riesgo de que muchos países en el mundo queden detrás".
"La inversión necesaria está muy por encima de la capacidad de la financiación pública por sí sola, lo que hace urgente un aumento rápido de mucha más financiación privada para proyectos de energías limpias en economías emergentes y en desarrollo", añade Birol.
El informe se presenta en vísperas de la cumbre organizada en París este jueves y viernes por el presidente francés, Emmanuel Macron, para buscar un nuevo pacto mundial para luchar contra la pobreza y medidas contra el cambio climático.