Beirut, 14 jun (.).- El valor de la libra libanesa se volvió a desplomar este lunes frente al dólar a su nivel más bajo en tres meses en medio de una agudización de la crisis, con una grave escasez de productos básicos, continuos cortes eléctricos y una creciente inflación.
La moneda local se vendía hoy en el mercado negro a unas 15.300 unidades por un dólar, de acuerdo con cambistas consultados por Efe, volviendo a superar la barrera de las 15.000 por primera vez desde el pasado marzo, cuando el rápido desplome de la libra provocó una serie de protestas en el país.
Sin embargo, el tipo de cambio oficial se mantiene en alrededor de 1.500 libras por cada unidad estadounidense diez días después de que el Banco Central permitiese retirar hasta 400 dólares al mes a los propietarios de cuentas en esa divisa, algo imposible desde hacía un año y medio por la escasez de billetes verdes.
La nueva depreciación de la libra libanesa se produce en medio de un agravamiento de la crisis que sufre el país desde finales de 2019.
Los cortes eléctricos característicos de la nación mediterránea desde el final de la guerra civil en 1990 se han agudizado en los últimos días con apagones nocturnos de varias horas, pues incluso los proveedores de electricidad paralela a través de generadores han tenido que limitar sus servicios.
Asimismo, la escasez de productos básicos como combustible y medicinas es cada vez más pronunciada, mientras que los hospitales han dejado de ofrecer ciertos análisis de sangre y otros servicios no indispensables ante la falta de material sanitario, según pudo constatar Efe.
Los precios de los alimentos y enseres de uso diario continúan disparándose cada semana en el país de los cedros, donde más de la mitad de la población vive ya por debajo del umbral de la pobreza, de acuerdo con estimaciones de diversos organismos internacionales.
Mientras tanto, los medios locales apuntan estos días a una posible dimisión inminente del primer ministro designado, Saad Hariri, quien unos ocho meses después de su nombramiento no ha logrado formar gobierno por desacuerdos con el presidente libanés, Michel Aoun.
El Líbano, donde rige un complejo sistema sectario, está gobernado por un ejecutivo interino desde la dimisión en pleno de la anterior administración a raíz de la gran explosión que en agosto del año pasado causó más de 200 muertos y de 6.500 heridos en Beirut.