Bilbao, 16 feb (.).- El premio Nobel de Economía en 2021, el canadiense David Card, ha defendido este jueves en Bilbao su tesis discrepante con que la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) destruye puestos de trabajo, como algunos sostienen, y ha afirmado que su incremento "no afecta casi al empleo".
El economista David Card ha sido uno de los participantes en el encuentro internacional sobre el Futuro del Empleo que se celebra en Bilbao, organizado por el Gobierno vasco, donde ha tratado la relación entre la investigación económica y la política a través de dos materias que ha estudiado en profundidad en su trayectoria académica: el impacto económico de la inmigración sobre los países receptores y la subida del salario mínimo.
En su intervención ha defendido la vigencia de los estudios sobre el salario mínimo que hizo en la década de 1990 con el economista Alan Krueger en una investigación pionera. Su incremento "apenas afecta al empleo", ha señalado.
Se ha congratulado de que la perspectiva general en relación al salario mínimo haya cambiado y que "cada vez se usen más" estos en los distintos países.
Según ha indicado, en Alemania se introdujo el salario mínimo en torno a 2016 y la medida "parece que no ha acabado con el empleo" en el país, ha puesto de manifiesto.
Card, premio Nobel de Economía en 2021 junto a Josshua Angrist y Guido Imbens por su contribución a cuestiones básicas del mercado laboral como la negociación de los sindicatos, la desigualdad, el salario mínimo, las prestaciones por desempleo y los programas de bienestar, ha afirmado que en la actualidad se "entiende mucho mejor" la transformación de la economía desde el campo de la teoría al caso empírico y muchos economistas han actualizado sus modelos.
El profesor de Economía en la Universidad de Berkely (EEUU) ha señalado que la investigación académica ha influido en las políticas adoptadas en relación al salario mínimo, pero no ha ocurrido de igual manera con los estudios sobre el impacto de la inmigración en los países receptores.
Según sus investigaciones, centradas en el ámbito de EEUU, del que es más conocedor, "la preocupación" de que la inmigración contribuye a que los salarios sean más bajos "no se sostiene".
Según ha defendido, por el contrario, "hay muchas ventajas en un mercado más grande y activo, que cuente con inmigrantes".
Card considera que las políticas adoptadas en relación a la inmigración están impulsadas por factores "no económicos", vinculados a cuestiones relacionadas con semejanzas lingüísticas o de religión, entre otras.
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