Tokio, 3 jun (EFE).- La Bolsa de Tokio cerró hoy en rojo después de que se desinflara el ánimo de los inversores por la recuperación del yen y por la recogida de beneficios tras los históricos 12 cierres en positivo consecutivos vividos en el parqué tokiota.
El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró hoy con una bajada de 69,68 puntos, un 0,34 por ciento, y se situó en 20.473,51 unidades, mientras que el segundo indicador, el Topix, que agrupa a los valores de la primera sección, retrocedió 4,22 puntos, un 0,25 por ciento, hasta 1.669,99 enteros.
El Nikkei abrió en negativo y así permaneció durante toda la jornada debido al rechazo que sufrieron las compañías exportadoras por la revalorización del yen frente al dólar tras días de mínimos históricos.
También influyó en el ánimo de los inversores las caídas de los mercados europeos, que se vieron afectados por la subida de tres décimas de la inflación en la zona euro en mayo hasta el 0,3 % interanual.
La sensación de sobrecalentamiento tras 12 jornadas de ganancias hizo que, como ocurrió el martes, hoy también los inversores optaran por la recogida de beneficios.
Las pérdidas sin embargo se vieron limitadas por la cautela reinante en el parqué tokiota que se encuentra a la espera de saber que pasará esta semana en las negociaciones sobre la deuda de Grecia y los datos de empleo de EEUU.
Los sectores que lideraron las pérdidas fueron el del petróleo, el inmobiliario y el de alimentación.
El gigante textil Fast Retailing (TOKYO:9983), cayó un 0,6 por ciento a pesar de que su marca Uniqlo consiguió aumentar sus ventas en mayo un 12,3 por ciento en Japón.
Por su parte, la compañía Airtech Japan llegó al límite del 20,4 por ciento de ganancia, debido a las expectativas de ventas de sus filtros de aire como consecuencia de los temores por el brote en la vecina Corea del Sur del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV).
En la primera sección, 951 valores retrocedieron, frente a los 802 que avanzaron, al tiempo que 132 cerraron en tablas.
El volumen de negocio ascendió a 2,559 billones de yenes (18.500 millones de euros), frente a los 2,817 billones de yenes (20.653 millones de euros) de la víspera.