Lisboa, 28 ago (EFE).- La misión de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) llegó hoy a Lisboa con motivo de la quinta revisión trimestral del programa de asistencia financiera, durante la que prevé examinar los objetivos del déficit luso.
Las dificultades de Portugal para rebajar el déficit hasta el 4,5 por ciento del PIB antes de fin de año centran la agenda de esta evaluación, entre otros temas como el presupuesto de 2013, la reforma laboral o la privatización de empresas públicas.
"Es una misión muy importante, a diferencia de la última. Algunas metas (del acuerdo) van a ser estudiadas y van a tener que ser revisadas, y el déficit de hecho está en el debate", señaló a EFE un portavoz de la Comisión Europea.
De la aprobación de este quinto examen depende la liberación unos 4.300 millones de euros, el siguiente tramo del rescate de 78.000 millones de euros concedido por la troika, como se conoce a los representantes de la Comisión Europea, Banco Europeo y FMI.
Los técnicos tomarán el pulso a la crisis del país durante dos semanas, en reuniones con los ministerios de Finanzas y Economía, el Banco de Portugal agentes sociales y partidos políticos.
Las previsiones de los analistas apuntan que la troika tendrá que ponderar más austeridad o más flexibilidad de plazos en el cumplimiento del déficit.
La presión sobre este dilema es aún mayor desde la semana pasada, cuando se divulgó la caída de un 3,5 % de los ingresos fiscales del Estado durante los siete primeros meses del año, respecto a 2011.
Con estos datos a la vista, fuentes del Gobierno luso insinuaron que no se alcanzarán los objetivos acordados con la troika sin más medidas de austeridad.
Así, según las últimas estimaciones, el desvío presupuestario para 2012 puede colocar el déficit portugués entre el 5,5 y el 6 por ciento.
En la anterior evaluación, la misión dio el visto bueno y aplaudió los progresos las reformas llevadas a cabo hasta el momento en cumplimiento del memorando.
Sin embargo, alertó de la "excepcionalmente" alta tasa de desempleo (15 %), sobre todo entre los jóvenes (superior al 30 %), y pidió más flexibilidad laboral en la legislación lusa.
A pesar de estos indicadores, algunos datos económicos invitan a un moderado optimismo.
Desde que la troika aprobase el préstamo a Portugal en mayo de 2011, las tasas de interés a las que se financia la deuda lusa en el mercado secundario han llegado a caer a rentabilidades anteriores a esa fecha y las exportaciones lusas han crecido de forma notable, especialmente a países fuera de la UE.
En esta visita, la reforma laboral, que incluye el abaratamiento de los despidos, regresará a la mesa de reuniones, así como el sector público, en particular las aún pendientes privatizaciones de empresas como la Autoridad Nacional de Aeropuertos (ANA) o la aerolínea lusa de bandera TAP, previstas para septiembre. EFE