París, 1 jun (.).- Los consumidores europeos se van a ahorrar unos 100.000 millones de euros en la factura de la electricidad gracias a las nuevas instalaciones de renovables en el periodo 2021-2023, sin las cuales los precios mayoristas habrían sido un 8 % superiores, un ámbito en el que España es un ejemplo.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en los últimos 18 meses -es decir, en un periodo marcado por entero por las tensiones para el aprovisionamiento de hidrocarburos desde Rusia-, los países europeos han hecho más cambios normativos en favor de las renovables que en los 10 años anteriores.
La aceleración en el despliegue de renovables, con costes de producción más bajos, va a permitir prescindir de 230 electricidad generados con combustibles fósiles, con el consiguiente ahorro, destaca la AIE en su informe de actualización de las perspectivas sobre las renovables publicado este jueves.
Entre 2021 y 2022, la entrada en servicio de 90 gigavatios de equipamientos solares fotovoltaicos y eólicos desplazaron un 10 % de la generación de electricidad que hasta entonces se hacía con carbón o con gas natural. A eso se añadirán otros 60 gigavatios en 2023, lo que elevará el porcentaje de energías fósiles innecesarias al 20 %.
La agencia cita dos países como ejemplo, el primero España, donde las nuevas instalaciones renovables suponen un ahorro equivalente al 60 % del presupuesto de 6.300 millones de euros que se había asignado para reducir los precios mayoristas de electricidad.
En Alemania, ese ahorro permite pagar hasta 2030 la reciente propuesta del Gobierno germano para contener los precios de la electricidad.
Los autores del estudio constatan que la invasión rusa de Ucrania ha servido de acelerador al despliegue de renovables en la Unión Europea (UE), sobre todo para sustituir las importaciones de gas que llegaba de Rusia.
La consecuencia es que ahora calculan que las nuevas capacidades que se van a instalar entre 2023 y 2024 serán un 38 % superiores a las que habían anticipado en diciembre de 2021, unas semanas antes de que estallara la guerra de Ucrania.
El grueso de esa revisión al alza (un 74 %) se debe a la energía solar fotovoltaica y, muy mayoritariamente (82 %), procedente de seis mercados clave: Alemania, España, Países Bajos, Francia, Italia y Suecia.
Teniendo en cuenta que las nuevas capacidades de renovables en el periodo 2021-2023 del conjunto de la UE suponen una inversión de unos 200.000 millones de euros, la mitad de ese dinero ya estará rentabilizado cuando termine este año, en forma de reducción de la factura de los consumidores.
Hay que tener en cuenta que todas esas instalaciones van a seguir produciendo electricidad durante 20 o 25 años más, con sus consiguientes efectos beneficiosos.
Para la Agencia, todavía se podría haber ahorrado un 15 % más en las facturas si la UE hubiera acelerado más rápido el despliegue de instalaciones con ayudas a las tecnologías, y, sobre todo, con plazos de tramitación más breves.
Igualmente, hace notar que las energías limpias, sean renovables, calderas de biocombustible, bombas de calor o instalaciones solares térmicas o geotérmicas, también pueden sustituir mucho del gas que se utiliza en los edificios.
En concreto, podrían evitar 9.000 millones de metros cúbicos de gas este año y 20.000 millones en 2024.