Las acciones de U.S. Steel (X) bajaron aproximadamente un 6% en las primeras horas de negociación del martes después de que la Vicepresidenta Kamala Harris expresara su desaprobación de la compra prevista de la empresa siderúrgica estadounidense por parte de Nippon Steel. Este anuncio sumó su voz al creciente número de personas influyentes que han criticado la adquisición que se hizo pública inicialmente en diciembre.
Durante una visita a Pittsburgh el Día del Trabajo con el Presidente Biden, Harris elogió los logros de la administración en favor de los trabajadores sindicados y sus familiares.
En una reunión política celebrada en el edificio de una organización sindical, Harris mencionó que U.S. Steel debía permanecer en manos estadounidenses, reflejando las opiniones manifestadas anteriormente por el Presidente Biden.
En marzo, Biden indicó su descontento con la oferta de Nippon Steel de 14.100 millones de dólares por U.S. Steel, pero no dijo claramente que impediría el acuerdo.
El expresidente Donald Trump, candidato del partido republicano, también ha declarado que detendría la adquisición si volviera a ser elegido. Además, varios miembros del Congreso, entre ellos el candidato republicano a la vicepresidencia, el senador JD Vance, han declarado su oposición.
Los comentarios de Harris se produjeron cuando empieza a esbozar los objetivos más generales de su campaña.
"U.S. Steel es una empresa emblemática en Estados Unidos y es crucial para nuestro país mantener fuertes las empresas siderúrgicas estadounidenses", declaró.
El sindicato United Steelworkers se ha opuesto al acuerdo con Nippon Steel, alegando que la empresa japonesa no ha ofrecido suficientes garantías sobre el mantenimiento en funcionamiento de las acerías sindicalizadas y el respeto de los acuerdos vigentes.
Nippon Steel ha aceptado respetar el convenio sindical, que dura hasta 2026, y se ha comprometido a evitar recortes de empleo durante la vigencia del convenio actual. Además, Nippon Steel ha prometido realizar fuertes inversiones en las envejecidas infraestructuras de U.S. Steel en Gary, Indiana, y en la zona de Pittsburgh.
La semana pasada, la empresa incrementó sustancialmente sus promesas de inversión en las plantas más antiguas de U.S. Steel hasta los 2.700 millones de dólares, una acción diseñada para responder a las preocupaciones de los empleados y los líderes de la comunidad ante la posibilidad de cierres de fábricas.
Los dirigentes de U.S. Steel han admitido que su empresa no puede competir con las cantidades de inversión que ha propuesto Nippon Steel. La empresa ha reducido su número de empleados en varios miles en los últimos años debido al cierre de plantas, lo que ha afectado a su relación con el sindicato.
U.S. Steel sigue apoyando su acuerdo con Nippon Steel, ya que sus accionistas aceptaron la oferta en efectivo de 55 dólares por acción a principios de año.
La siderúrgica con sede en Pittsburgh pasó varios meses evaluando diferentes compradores potenciales. A pesar de que el sindicato de trabajadores siderúrgicos respaldó una oferta alternativa de Cleveland-Cliffs, U.S. Steel decidió no aceptarla.
El Departamento de Justicia está examinando actualmente la adquisición propuesta por Nippon Steel para determinar si infringe las leyes de competencia. El Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos también está estudiando las implicaciones para la seguridad nacional de la operación y puede sugerir al Presidente que la prohíba.
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