Tegucigalpa, 14 dic (EFE).- El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, dejó entrever hoy que su país renunciará a la Cuenta del Desafío del Milenio que impulsa los Estados Unidos, por las exigencias requeridas para acceder a esa cooperación.
Lobo dijo a periodistas que está "pensando" en decirle a la designada presidencial (vicepresidenta), María Antonieta Guillen, que el próximo año diga que Honduras "renuncia a eso".
La razón que esgrimió Lobo para una eventual renuncia a la Cuenta del Desafío del Milenio es que "lo exhiben (al país)" y le dicen "que no se porta bien", lo que para el gobernante "no es justo".
"Hay países que no andan con tantas cosas". "Si un país quiere ayudar y sabe que tenemos problemas de investigación, pues lo que hace es enviar un contingente de 50 investigadores" y "haz bien y no mires a quién, cuando se quiere ayudar se ayuda", fueron algunas de las expresiones de Lobo.
El presidente subrayó que su Gobierno "nunca ha ocultado" que ha tenido dificultades para investigar algunas situaciones que ocurren en el país en materia de seguridad, violencia y el combate de la corrupción, entre otros asuntos.
En 2011 Honduras quedó excluida de la Cuenta del Desafío del Milenio porque no alcanzó una buena calificación en temas como reducir la corrupción, política fiscal e inversión en educación primaria, según reconoció la vicepresidenta Guillén el 15 de noviembre de 2010.
No obstante, Guillén ahora considera que Honduras ha dado muestras para obtener este año mejores calificaciones y espera que mañana en Washington haya un decisión favorable para que a su país se le incluya en la Cuenta del Desafío del Milenio en 2012.
De los 20 indicadores con buena calificación para acceder a la cooperación de los Estados Unidos, Honduras habría alcanzado buena nota en unos 16, según las autoridades de Tegucigalpa.
De la Cuenta del Desafío del Milenio, cuya primera fase clausuró en septiembre de 2010, Honduras recibió unos 215 millones de dólares que fueron invertidos en proyectos como el mejoramiento y ampliación de la carretera CA-5, que comunica a Tegucigalpa con San Pedro Sula, las dos ciudades más importantes del país. EFE