Londres, 8 nov (EFE).- El británico Lloyds Banking Group registró unas pérdidas netas de 2.779 millones de libras (unos 3.223 millones de euros) en los nueve primeros meses del año y sus ingresos descendieron un quince por ciento.
En un comunicado remitido hoy a la Bolsa de Valores de Londres, el Lloyds señaló que los resultados se vieron afectados por la debilidad de la demanda de créditos y la crisis económica.
En los primeros nueve meses del pasado ejercicio, el Lloyds obtuvo unos beneficios de 1.600 millones de libras (unos 1.856 millones de euros).
Los ingresos del banco entre enero y septiembre de 2011 bajaron un 15 por ciento, hasta 15.253 millones de libras (unos 17.693 millones de euros), frente a los 18.007 millones de libras (unos 20.888 millones de euros) en el mismo periodo del año pasado.
El banco, cuyo 41 por ciento está en poder del Estado británico, reconoce que hay menores posibilidades de crecimiento debido a la situación económica actual, pero ha puntualizado que ha sido muy disciplinado a la ahora de aumentar la inversión.
La semana pasada, el Lloyds sorprendió a los inversores al anunciar que su consejero delegado, António Horta-Osório, se tomará una baja por problemas de salud.
El portugués Horta-Osório, que fue consejero delegado de la filial británica del Santander, fue fichado el pasado marzo por el Lloyds para consolidar sus finanzas y reflotarlo tras la crisis.
El consejero delegado comunicó la semana pasada al Consejo de Administración de la entidad su decisión de tomarse un periodo de descanso por prescripción médica.
Según sus colaboradores, Horta-Osório, de 47 años, es un profesional muy meticuloso y obsesionado con su trabajo, lo que, dado el contexto desfavorable para las instituciones financieras, ha podido causar sus problemas de salud.
El directivo portugués había puesto en marcha el plan estratégico de Lloyds para consolidar sus finanzas, que incluía la venta de 632 sucursales y la supresión de al menos 15.000 empleos.
Horta-Osório se incorporó a Lloyds, propiedad del Estado en un 41 por ciento tras su rescate por la crisis crediticia de 2008, después de una buena gestión en el Santander, con el objetivo de mejorar el rendimiento de la entidad británica que permitiera vender a buen precio la participación estatal.
Sin embargo, debido a la crisis económica y de deuda soberana en la zona del euro, el grupo bancario, muy expuesto a la deuda de Irlanda, no ha progresado tanto como se esperaba. EFE