Lara Malvesí
Nueva York, 19 abr (EFE).- Las pérdidas en los títulos de las tecnológicas mermaron hoy a Wall Street, que cerró mixto por el peso negativo del Nasdaq pese a un ligero avance del Dow Jones de Industriales.
Ni siquiera el alza en el petróleo -el intermedio de Texas (WTI), de referencia en el mercado de Estados Unidos, subió al cierre un 3,27 %, hasta los 41,08 dólares el barril, confirmando la recuperación que viene experimentando desde los mínimos anuales de hace dos meses- consiguió evitar el impacto.
Y es que cuando el mercado está carente de pistas está acostumbrado a poder refugiarse en el valor seguro de las tecnológicas. Pero, ¿y si ni siquiera ellas son seguras?
Pues aumenta el nerviosismo y cae la confianza, lo peor que puede ocurrir en el parqué de Nueva York, como en cualquier otro gran mercado o economía.
Las pérdidas en el sector tecnológico llevaron principalmente el nombre de la firma IBM (NYSE:IBM), que se derrumbó un día después de difundir unos resultados que dieron cuenta de una reducción trimestral del 4,6 % en sus ingresos.
Pero también influyeron otros títulos, como Netflix (NASDAQ:NFLX), que perdió hoy 12,97 %, como reacción a los malos resultados trimestrales difundidos en las últimas horas.
La lectura positiva de la jornada es la sensibilidad de los mercados a la tanda de resultados, que todavía tiene por delante antes del fin de semana relevantes firmas como American Express (NYSE:AXP), Coca-Cola (NYSE:KO), Microsoft (NASDAQ:MSFT), General Motors (NYSE:GM), General Electric (NYSE:GE) y American Airlines (NASDAQ:AAL).
Un interrogante es si mañana el mercado responderá de algún modo a los resultados de las primarias en Nueva York, por primera vez en muchos años decisivas para conocer quiénes son sendos candidatos demócrata y republicanos a la Casa Blanca.
El parqué neoyorquino se ha colado especialmente en el debate entre los rivales demócratas Hillary Clinton y Bernie Sanders.
El de Brooklyn acusa a Clinton de ser amiga de Wall Street y a este último de actuar de forma impune y sin adquirir responsabilidades por la crisis financiera de 2008.