MADRID (Reuters) - El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, dijo el martes que hasta hace poco desconocía la existencia de Gowex, si bien reconoció que el escándalo contable de la empresa de redes inalámbricas era negativo para la imagen de España en el exterior.
"Yo de Gowex no sé nada (...) ni sabía que existiera esa empresa (...) de forma que no puedo decir nada de Gowex, no cae en el ámbito de (la actuación) del Banco de España, lamento lo ocurrido porque no es bueno que cosas así ocurran", dijo Linde durante un evento financiero en Madrid.
Reconoció que "es evidente" que "no es un acontecimiento favorable para España, para la marca en el mundo", aunque intentó restarle peso.
"Tampoco creo que sea un hecho importante eso (...) para el conjunto de nuestra economía y nuestra marca España y de nuestra capacidad exportadora (...) es un tema menor", dijo.
DESCONOCE FALLOS EN SUPERVISIÓN
El gobernador del banco emisor español evitó atribuir responsabilidades sobre la falta de una supuesta supervisión correcta de las cuentas de Gowex por parte de las instituciones españolas: "No puedo opinar si hay algún fallo de una institución, realmente no lo sé".
En principio el siguimiento de la información a los inversores que suministra Gowex corresponde al Mercado Alternativo Bursátil (MAB) -- que pertenece al holding Bolsas y Mercados Españoles -- en el que cotiza, y no la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El supervisor español es el encargado de velar por el correcto funcionamiento de los mercados y determinar, llegado el caso, si hay posibles abusos de mercado.
El espectacular crecimiento en bolsa de Gowex se convirtió en humo en la madrugada del domingo tras reconocer su fundador y primer ejecutivo, Jenaro García Martín, que las cuentas del grupo en los últimos cuatro años eran falsas, abocando a la compañía al concurso de acreedores.
El escándalo lastra la credibilidad del país en un momento de frágil resurrección económica sustentada en parte en el regreso de la inversión extranjera a sectores devaluados como el inmobiliario, mientras el Gobierno trata de ofrecer alternativas de financiación a la pequeña y mediana empresa, que supone más del 90 por ciento del tejido empresarial del país.