Por Alessandro Albano
Investing.com - En 2022 hemos asistido a cambios radicales en todos los sentidos: desde la invasión rusa de Ucrania hasta una inflación al estilo de los años 70, pasando por el rápido ciclo de subidas de tipos de interés de los bancos centrales.
Pero la agilidad necesaria para navegar por los mercados durante estos meses seguirá siendo importante de cara a 2023. De hecho, los inversores tendrán que seguir buscando el equilibrio entre las nuevas oportunidades y los riesgos relacionados con el proceso de transición de la economía mundial.
Publicamos a continuación un análisis de Union Bancaire Privée, en el que los expertos de la banca privada suiza explican cuál es la mejor manera de posicionarse de cara a 2023 y cuáles son los riesgos a los que se enfrentarán los inversores que, según UBP, "deben seguir apostando por una gestión activa y dinámica del riesgo".
Economía
La fase de crecimiento del ciclo se detuvo bruscamente debido a las políticas monetarias restrictivas adoptadas para combatir la persistente inflación y la crisis energética que atenaza a las economías junto con el aumento de los riesgos geopolíticos generados por la guerra entre Rusia y Ucrania.
Todo apunta a que la economía mundial crezca débilmente en 2023, entre un 2 y un 2,5%, tras crecer un 3% en 2022, con las economías desarrolladas al borde de la recesión, mientras que se espera que se confirme la recuperación en Asia y que China supere los obstáculos que surgieron en 2022.
En Europa, la subida de los precios y el posible racionamiento del gas lastrarán el consumo y las medidas de ahorro de energía tendrán un impacto negativo en la producción manufacturera.
En Estados Unidos se espera una fuerte contracción del consumo y del sector inmobiliario inducida por la subida de los tipos de interés, mientras que el sector a manufacturero se enfrentará a un continuo aumento de los costes y podría verse afectado por un discreto crecimiento del comercio a nivel mundial.
Se prevé una relajación gradual del control de la inflación, especialmente en Estados Unidos. En 2023 podría mantenerse por encima del objetivo del 2 % fijado por los bancos centrales de los países desarrollados, aunque todo apunta a una tendencia más favorable. También se espera que la inflación disminuya en los países emergentes, aunque sigue dependiendo de los precios de las materias primas y los alimentos.
Bonos
Los mercados de bonos cerrarán 2022 con las mayores pérdidas de los últimos 50 años, los bonos estadounidenses revirtieron la rentabilidad total acumulada desde 2017 e invirtieron la tendencia a la baja del rendimiento de los bonos que se inició con el estallido de la crisis financiera mundial en 2008.
Mientras que el riesgo de los tipos ha sido el principal lastre para el rendimiento de los bonos en 2022, esperamos que los mayores riesgos de 2023 sean el deterioro de la calidad del crédito y la ampliación de los márgenes.
Sin embargo, las expectativas de inflación a la baja y los elevados cupones en términos absolutos proporcionan a los inversores en bonos una base favorable para obtener un rendimiento decente de los bonos en 2023, mientras que la aceleración del ciclo de impagos debería crear oportunidades para el atribulado mercado de deuda.
La selección proactiva de los bonos, un factor clave de rendimiento en las crisis cíclicas normales, será aún más importante en 2023 para la eurozona, que está en fase de transformación.
Acciones
Desde 1900, los episodios de inflación elevada han puesto a prueba a los inversores. Las lecciones del pasado han demostrado que las estrategias de inversión diseñadas para aprovechar los picos cíclicos de inflación, destinadas a reasignar el gasto dentro de la economía y orientadas a los ingresos, han impulsado el rendimiento total.
En vista de que la inflación de las economías occidentales está alcanzando niveles no registrados en toda una generación, los inversores podrían mirar al pasado para integrar diferentes estrategias de inversión para hacer frente al nuevo régimen de elevados precios.
Estas estrategias implican tener en cuenta la inflación elevada pero decreciente como una oportunidad táctica, centrándose en las ganancias derivadas de la reasignación forzada del gasto, y apuntando a los dividendos y a los ingresos como impulsores clave del rendimiento total.
China
La brusca ralentización de la economía china en 2022 se debe a la estrategia de "Covid-Cero”, que ha provocado un persistente debilitamiento del consumo interno, un aumento del desempleo hasta el 5,5% y una contracción del 30% del sector inmobiliario.
Los inversores deberían adoptar ahora un nuevo paradigma en China, centrado no sólo en las perspectivas cíclicas futuras, sino también en el cambiante Gobierno corporativo y el panorama geopolítico. De hecho, mientras los factores cíclicos evolucionan a favor de China, la remodelación de las cadenas de suministro mundiales y el orden geopolítico parecen plantear nuevos obstáculos a quienes desean invertir en el Gigante Asiático.
La aprobación de la ley estadounidense CHIPS, que pretende frenar las ambiciones de China en los sectores de las grandes tecnológicas, es probablemente el primer ataque lanzado en esta fase de intensificación de la rivalidad entre las dos mayores economías del mundo.