Bruselas, 12 abr (.).- Los Estados miembros de la Unión Europea podrán limitar las importaciones de gas natural licuado (GNL) de Rusia y de Bielorrusia, previa consulta con la Comisión Europea y los socios comunitarios que puedan verse afectados.
"Tienen que hacerlo en coordinación y consulta con los otros Estados miembros potencialmente afectados y la Comisión", dijo hoy el portavoz de Energía de la Comisión Europea, Tim McPhie.
El Parlamento Europeo aprobó este jueves una nueva normativa sobre los mercados del gas -que debe aún recibir el visto bueno del Consejo de la UE- que contempla "la posibilidad de que los Estados miembros puedan limitar el acceso del gas ruso y bielorruso a las redes, a través de tubería o de terminales de LNG", explicó.
"Cuando hablamos de países afectados, hemos estado reconfigurando la infraestructura energética durante muchos años para asegurarnos de que todos los países tienen acceso por muchos puntos de entrada para recibir gas (...) y esperamos que (la coordinación con otros Estados miembros) no sea un obstáculo significativo", precisó el portavoz.
Esa cláusula, que se incluye en un texto que recibió el apoyo de 447 eurodiputados frente a 90 votos en contra y 54 abstenciones, responde a las peticiones de varios Estados miembros, como España, de buscar una posición común europea para limitar la entrada de gas ruso en la UE.
La nueva normativa, dedicada principalmente a definir el marco regulatorio del futuro mercado del hidrógeno y los gases renovables, "reforzará los mecanismos para una fijación de precios justos y un suministro energético estable, y permitirá a los Estados miembros limitar las importaciones de gas de Rusia y Bielorrusia", según el Parlamento Europeo.
Tras la invasión de Rusia de Ucrania, la UE sancionó las compras de todo el carbón ruso y de la inmensa mayoría del petróleo, pero no así del gas, mientras que Moscú ha ido limitando los envíos por gasoducto.
Las compras de gas ruso por tubería en la UE desde la invasión de Ucrania han caído un 71 %, pero las ventas de gas natural licuado (GNL) se han mantenido estables.
La mayor parte de ese GNL llega a la UE a través de las terminales de Francia, Bélgica o España, país este último que reclamaba una respuesta comunitaria coordinada para evitar que la prohibición unilateral en un país sirviera sólo para que los metaneros con gas ruso buscaran otros puertos en territorio comunitario.