Bruselas, 30 jun (.).- Los países de la Unión Europea (UE) no lograron hoy superar las diferencias entre Francia y Alemania sobre la reforma del mercado de la electricidad y seguirán intentando consensuar un enfoque común durante la presidencia española del Consejo de la UE que arranca este sábado.
En el último día en el que la presidencia rotatoria del Consejo recae sobre Suecia, los embajadores de los Veintisiete trataron de cerrar una posición conjunta para seguir tramitando la reforma, pero tras dos horas de debate no consiguieron alinear las posturas divergentes de París y Berlín a propósito de la energía nuclear, informaron a EFE fuentes europeas.
Las diferencias más importantes radican en torno a cómo funcionarán los llamados contratos por diferencia (CfD) en los que el Estado acuerda con el generador un precio fijo de compraventa de electricidad en un plazo determinado y luego se devuelve la diferencia, en función de si el precio real ha sido más alto o más bajo que el estipulado.
La principal complicación se encuentra en determinar quién recibirá esos ingresos extraordinarios y en establecer si esos contratos se aplicarán a las centrales nucleares ya existentes que extiendan su vida útil o amplíen su capacidad como quiere Francia.
España, como presidencia rotatoria del Consejo, tendrá ahora la responsabilidad de buscan un consenso entre las capitales, primero, para negociar a continuación el diseño final del ajuste de mercado con el Parlamento Europeo, que tiene previsto cerrar su posición negociadora en septiembre.
Madrid contempla convocar un consejo extraordinario de ministros de Energía próximamente para cerrar la negociación entre las capitales antes del parón veraniego y poder iniciar las conversaciones con la Eurocámara tras las vacaciones estivales, indicaron a EFE fuentes diplomáticas.
En todo caso, los ministros de Energía y los de Medioambiente se reunirán en Valladolid los próximos 10, 11 y 12 de julio en un consejo informal en el que no podrán tomar decisiones formales pero sí acercar posturas.
La reunión de los embajadores de este viernes se produjo después de que la semana pasada los ministros de Energía de los Estados miembros no lograran cerrar el expediente en un consejo formal celebrado en Luxemburgo.
La reforma pretende adaptar el mercado de la electricidad a la era de las renovables con contratos estables y a largo plazo que arrojen precios asequibles, garanticen la seguridad de suministro e incentiven las inversiones.
Además de la pugna atómica entre París y Berlín, otros de los puntos que generan discordia son los mecanismos de capacidad, es decir, sistemas de cobertura para garantizar que no habrá apagones cuando las renovables estén en picos de poca producción por falta de sol o de viento, y en concreto la posibilidad de que se le permita a Polonia seguir subvencionando plantas de carbón.
También se debate la posibilidad de mantener hasta 2024 el tope de precio de 180 euros el megavatio-hora (MWh) a las tecnologías inframarginales como la hidráulica o las renovables en caso de que los precios de la luz volvieran a dispararse fijado como medida temporal y de emergencia establecido ante la carestía de los hidrocarburos en 2022, un planteamiento de España.
El objetivo es cerrar la nueva legislación antes de que acabe la actual legislatura europea con las elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2024.