Shanghái (China), 16 mar (.).- Los precios de la obra nueva residencial en China aumentaron por primera vez en 18 meses, según datos oficiales publicados hoy por la Oficina Nacional de Estadística (ONE).
El indicador que sigue la evolución de los precios en 70 ciudades del país experimentó en febrero un aumento del 0,3 % con respecto a los niveles del primer mes del año, según cálculos efectuados por EFE basándose en las cifras divulgadas.
De las 70 localidades analizadas, 55 registraron una subida intermensual de los precios de la obra nueva residencial, superando así las cifras de diciembre y enero, meses en los que 15 y 36 urbes, respectivamente, cayeron en este apartado.
En enero, los precios de la obra nueva ya habían puesto fin a 16 meses seguidos de caídas y, en febrero, las ventas de este tipo de residencias habían repuntado por primera vez en 19 meses al aumentar un 14,9 % interanual.
La agencia oficial de noticias Xinhua aseguró hoy que las últimas cifras "constituyen una nueva prueba de que el sector inmobiliario se está estabilizando".
Las ventas residenciales por área cayeron un 24,3 % interanual durante 2022 en China, mientras que las obras nuevas se redujeron en casi un 40 % en el marco de la crisis que afecta al sector desde hace más de dos años.
La posición financiera de muchas inmobiliarias chinas empeoró después de que en agosto de 2020 Pekín anunciase restricciones al acceso a financiación bancaria a las promotoras que habían acumulado un alto nivel de deuda apoyando durante años su crecimiento en agresivas políticas de apalancamiento, entre las que destacaba Evergrande (HK:3333) con un pasivo de más de 300.000 millones de dólares.
En los últimos meses, ante la coyuntura, el Gobierno ha cambiado su tono y ha anunciado diversas medidas de apoyo, con los bancos estatales abriendo, asimismo, líneas de crédito multimillonarias a diversas promotoras, a las que se ha marcado como objetivo prioritario la construcción de los proyectos vendidos sobre plano.
La falta de liquidez en el sector provocó que numerosas promociones en todo el país se vieran obligadas a parar las obras, lo que se tradujo el pasado verano en un "boicot de hipotecas" que se extendió a más de un centenar de ciudades, con los compradores de los pisos inacabados -en 2022, el 86 % de las ventas de obra nueva en China se firmó antes de que finalizara la construcción- comunicando a los bancos que no seguirían pagando sus créditos.