Roma, 1 may (.).- Los sindicatos italianos se han mostrado indecisos ante una reforma laboral que el Gobierno de Giorgia Meloni pretende aprobar hoy, Primero de Mayo, reconociendo luces y sombras, según defendieron tras reunirse anoche con la primera ministra.
Meloni convocó anoche a los principales líderes sindicales en el romano Palacio Chigi, sede del Ejecutivo, para ilustrarles los puntos principales de un decreto ley que quiere aprobar hoy con reformas en el mercado laboral y en los tipos de contrato, entre otras cosas.
Y aunque los trabajadores apreciaron algunos puntos, mantuvieron sus reservas en muchos otros a la espera de conocer el texto final, que no les fue mostrado, porque, avisaron, "cada coma puede cambiar el sentido" de una legislación.
El líder del mayor sindicato italiano CGIL, Maurizio Landini, ha anunciado que mantiene las manifestaciones convocadas próximamente en distintas ciudades italianas porque no lo considera suficiente.
El principal aspecto de esta reforma es la reducción hasta finales de año de la cuña fiscal a los contratos, del 6 % para los inferiores a 35.000 euros anuales y del 7 % a los de 25.000 euros.
Sobre esto, Landini reconoció que "va en la dirección" que se le pedía pero el problema es que es "una medida temporal, no tiene perspectiva, dura algún mes".
En los mismos términos se expresó el secretario de la CISL, Luigi Sbarra, que resumió su postura como "de parcial aprecio", sobre todo por la reducción de la presión fiscal a los trabajadores, aunque cree que esto debe durar también en 2024 y hacerse "estructural".
El líder de la UIL, Pierpaolo Bombardieri, también reconoció que "no es un suspenso neto" pero expresó su preocupación por que el decreto "pueda aumentar la precariedad".
La reunión entre el Gobierno y los sindicatos había empezado con mal piel después de que estos reprocharan a Meloni la convocatoria en la víspera de un festivo tan importante como el Primero de Mayo.
A la espera de conocer los detalles de la nueva legislación, los medios avanzan que aumentará el sueldo de los trabajadores que ganen hasta 35.000 euros anuales reduciendo la cuña fiscal y facilitará el acceso a las prestaciones por desempleo.
Asimismo se procederá a derogar la Renta de Ciudadanía, el controvertido programa de subsidios aprobado la pasada legislatura por el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), y se sustituirá con otros planes.
La parte más espinosa tiene que ver con los contratos temporales. El M5S, con su "Decreto Dignidad", había limitado este tipo de contratación, estableciendo que solo podían durar 12 meses, prorrogable en otro año solo en pocos casos.
La reforma de Meloni, según las mismas fuentes, ampliaría la lista de supuestos por los que se permite la renovación temporal hasta los 36 meses.
Las medidas estarán financiadas con la desviación de déficit de 3.400 millones de euros en 2023 y de 4.500 millones en 2024 aprobada esta semana en el Parlamento, dentro del Documento de Economía y Finanza (DEF), la estrategia económica para los próximos años.
La secretaria del Partido Demócrata (PD, centroizquierda), Elly Schlein, líder de la oposición, ha tachado este decreto de "provocación" porque "esconde el aumento de la precariedad y de la contratación temporal".