Bruselas, 22 mar (.).- El presidente de Francia, Emmanuel Macron, valoró este viernes las medidas más recientes de la Unión Europea (UE) en favor del sector agrario, pero alertó de que no debe haber una marcha atrás en la transición hacia una agricultura más sostenible.
"En sustancia el mensaje a nuestra agricultura es que no se debe abandonar, no hay que retroceder. Queremos asegurar una transición indispensable (...) pero queremos hacerlo con más pragmatismo y flexibilidad. Las respuestas de la Comisión van en esa dirección", dijo Macron en rueda de prensa al término de un Consejo Europeo.
Los líderes de la UE abordaron, entre otros temas, las medidas para apoyar al sector agrario a raíz de las protestas agrarias de los últimos meses.
Mencionó en particular que Bruselas haya planteado "reducir la carga administrativa ligada a los controles" y aligerar las exigencias a los agricultores, "como pedía Francia".
Son elementos que ayudarán en la "simplificación" y de "gran pragmatismo", a la vez que muestran que la UE "acompaña" al sector en la necesaria transición agrícola para responder a los retos climáticos, indicó.
Añadió que el Consejo Europeo (países UE), a iniciativa de Francia, ha decidido avanzar, primero adaptando las normas para simplificar la PAC y en segundo lugar reforzando la posición de los agricultores en la cadena económica agroalimentaria para asegurar unas rentas equitables y para combatir las prácticas desleales, incluido con la creación de un observatorio.
También valoró que la UE vaya a actuar para asegurar una competencia equitativa en los acuerdos internacionales como en el mercado interior y que actúe para garantizar un equilibrio para proteger los productos agrícolas de ciertos países sensibles afectados por la suspensión de los derechos de importaciones y las cuotas sobre las exportaciones ucranianas.
La semana pasada Bruselas propuso medidas para suavizar algunas de las exigencias ambientales a las que obliga la Política Agrícola Común (PAC), que se suman a otras iniciativas adoptadas en las últimas semanas para tratar de aplacar las protestas de los campesinos europeos.
Por ejemplo planteó cambios en algunas de las prácticas medioambientales necesarias para recibir subsidios de la PAC y eximió a las pequeñas explotaciones, de menos de diez hectáreas, de controles y de sanciones relacionadas con los requisitos de condicionalidad.
Esto pretende aliviar la carga administrativa y económica de las pequeñas explotaciones, que son el 65 % de los beneficiarios de la PAC.
También plantea eliminar la obligación de los agricultores que reciben subvenciones de la PAC de no cultivar una parte de sus tierras, que deben dejar en barbecho para preservar el potencial del suelo, y propone en su lugar a un plan de incentivos.