Mercado argentino de dólar bajo presión por controles e incertidumbre

Natalia Kidd

Buenos Aires, 30 may (EFE).- El mercado cambiario en Argentina se ha convertido en una "olla a presión" por los crecientes controles del Fisco a la compra de dólares y la incertidumbre entre inversores dispuestos a hacerse de divisas en el mercado informal a un precio mucho mayor, según analistas consultados hoy por Efe.

Los expertos coinciden en que las mayores restricciones impuestas por el Fisco se aplican en un contexto de deterioro de las variables macroeconómicas de Argentina y de fuertes vaivenes en los mercados internacionales.

"Argentina ya no tiene ni superávit fiscal ni externo, tampoco dispone de financiación internacional y tiene una cuenta energética deficitaria. Y su único 'stock', las reservas monetarias, se ven exigidas porque debe pagar la deuda externa", dijo a Efe Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica.

Según el experto, la demanda local de dólares creció a un mayor ritmo que la generación de divisas el año pasado, antes de las elecciones presidenciales en las que Cristina Fernández logró la reelección, con un aumento en la fuga de capitales, en el giro al exterior de dividendos empresarios y en las importaciones.

El Fisco comenzó a imponer restricciones a las compras de dólares en noviembre pasado y en los últimos días las incrementó, con nuevas regulaciones para quienes quieren adquirir divisas estadounidenses para viajar o cancelar créditos hipotecarios.

Las nuevas normas restringieron en la práctica el acceso de muchos inversores al mercado cambiario formal, lo que hizo resurgir los circuitos informales de compraventa de divisas, donde hay que pagar, según medios locales, unos 5,90 pesos para hacerse de un dólar, cuando el precio en bancos y casas de cambios es de 4,49 pesos.

"Ante un contexto internacional que no ayuda y una macroeconomía local expuesta a una crisis externa, los inversores se anticipan dolarizando su portafolio como refugio", señaló Castiñeira.

La moneda estadounidense ha sido tradicionalmente vehículo de resguardo para los ahorros de los argentinos, acostumbrados a crisis recurrentes.

Para Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica, hay "ruidos e incertidumbre" en el mercado cambiario pero no una crisis, pues "no hay un problema estructural de falta de dólares sino una escasez coyuntural de divisas producto de un empeoramiento de las condiciones financieras internacionales, en particular en Europa, y de una importante salida de capitales de Brasil, lo que hace depreciar al real".

"Esto hace aumentar la fuga de capitales en Argentina, en un contexto en el que el Gobierno tiene que hacer frente en la segunda mitad del año a importantes vencimientos de deuda y en una época de relativa sequía de dólares comerciales porque la liquidación fuerte de divisas de exportaciones está aún por iniciarse. Esto llevó al Gobierno a extremar las restricciones, en particular a las compras minoristas de dólares", dijo a Efe Delgado.

Para el experto, el mercado paralelo de dólares es marginal y muy volátil, con un "alto componente especulativo".

Castiñeira, por su parte, opina que estas operaciones informales, perseguidas por el Fisco hasta con agentes encubiertos y castigadas por ley, también son marginales pero son un indicativo de las expectativas de los inversores.

"El mercado es una olla a presión. El mercado informal, si bien es marginal, marca un precio, qué tan alejado está el valor oficial de las expectativas del sector privado. Si el Gobierno elimina totalmente los controles y sigue vendiendo dólares a 4,50 pesos, se queda sin reservas. Y si libera el tipo de cambio, se le escapa", consideró el economista.

El Gobierno de Cristina Fernández ha dado señales de que, de momento, no hará ninguna de estas cosas.

Para Delgado, el Ejecutivo seguirá con su política cambiaria de "micro-devaluaciones y no una devaluación brusca, de un día para el otro".

"El Gobierno debería administrar un poco mejor las expectativas porque todos estos controles generan incertidumbre y, en realidad, no hay condiciones objetivas para que ese temor se quede instalado", afirmó el director de Analytica. EFE