Investing.com -- Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes de EE. UU., logró asegurar su reelección al cargo más alto de la cámara el pasado viernes, aunque por un estrecho margen. Este resultado ajustado pone de manifiesto las posibles divisiones dentro del partido Republicano en el Capitolio, que actualmente se encuentra bajo el liderazgo del presidente electo Donald Trump.
En una votación inicial que se prolongó durante casi dos horas, Johnson parecía no alcanzar la mayoría necesaria para mantener su posición. Sin embargo, tras intensas negociaciones, dos de sus adversarios republicanos cambiaron sus votos a su favor. Johnson finalmente se alzó con la victoria, obteniendo 218 votos, el mínimo requerido para su reelección.
Los republicanos actualmente controlan la cámara con una estrecha mayoría de 219-215. Esta votación sirvió como un indicador temprano de la capacidad del partido para mantenerse unido mientras impulsa la agenda política de Trump, que incluye recortes de impuestos y un mayor control fronterizo. Asimismo, supuso una prueba de fuego para medir la influencia de Trump en el Capitolio, donde algunos republicanos han mostrado su disposición a oponerse a él.
Durante los últimos dos años, los republicanos de la Cámara han estado sumidos en disputas internas. Johnson fue promovido al cargo de presidente después de que su predecesor, Kevin McCarthy, fuera destituido a mitad de su mandato.
Una vez concluida la votación, los miembros del Congreso permanecieron en la cámara durante más de media hora. Se pudo observar a Johnson y sus colaboradores más cercanos tratando de convencer a los representantes indecisos que aún quedaban.
Los representantes Ralph Norman y Keith Self, que inicialmente votaron en contra de Johnson, posteriormente cambiaron sus votos a su favor. Las razones detrás de este giro en su postura no están claras. Otros seis republicanos que en un principio se abstuvieron de votar, finalmente emitieron sus votos a favor de Johnson.
El representante Thomas Massie, conocido crítico de Johnson y una fuente constante de fricción para el liderazgo del partido, fue el único republicano que votó en contra de Johnson.
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