Roma, 28 dic (.).- La Bolsa de Milán cerró hoy levemente al alza y su indice selectivo FTSE MIB creció un 0,07 %, hasta los 30.351,62 puntos, y concluyó con una revalorización del 28,03 % en un 2023 marcado por las tensiones internacionales y la inflación.
El selectivo milanes alcanzó un máximo de 30.427 puntos el 11 de diciembre, con niveles que no se registraban desde junio de 2008, antes de que estallara la crisis económica, recuperándose de un 2022 que en el que perdió un 13,3 % por la guerra en Ucrania y la escalada de precios de la energía.
Por su parte, el índice general FTSE Italia All-Share creció un 0,05 %, hasta situarse en los 32.479,11 enteros, logrando un aumento durante todo el año 2023 del 26,2 %.
Durante la última cotización del año se cambiaron de manos 464 millones de acciones por un valor de 1.128 millones de euros (unos 1.236 millones de dólares al cambio).
La capitalización total de las empresas que cotizan en el parqué milanés alcanzó los 761.000 millones de euros, equivalentes al 39,4 % del PIB de Italia, frente a los 626.000 millones de euros del 2022.
En esta última sesión del año, destacaron importantes títulos del sector bancario italiano: Unicredit (BIT:CRDI) ganó un 0,72 %, Banca Mediolanum (BIT:BMED) un 0,64 %, Banco Popolare Milano un 0,46 % y Finecobank un 0,44 %.
Por su parte, cerraron el año en la lista roja Telecom Italia (BIT:TLIT) (1,74 %), Banca Monte dei Paschi di Siena (BIT:BMPS) (1,36 %), la siderúrgica Tenaris (BIT:TENR) (1,35 %), la petrolera Saipem (BIT:SPMI) (0,88 %) y la fabricante de circuitos micro integrados Stmicroelectronics (EPA:STMPA) (0,62 %).
Las compañías a las que mejor fue en 2023 fueron la aeroespacial Leonardo y la banca Unicredit, con un aumento en el valor de sus acciones del 85,3 y 85,1 % respectivamente, mientras que, en el lado de las pérdidas, la farmacéutica Diasorin (28,5 %) y Finecobank (12,4 %) fueron las peor paradas.
Los inversores de Milán han seguido con especial interés crisis internacionales desatadas por la invasión rusa de Ucrania, hace casi tres años, o la más reciente en Oriente Medio, y sus repercusiones en el ámbito del comercio y de la energía, entre otros.
Pero el año también estuvo marcado por los coletazos económicos de la crisis de la pandemia de coronavirus, la inflación y las políticas sobre los tipos de interés puestas en práctica por los bancos centrales de las principales potencias del planeta.