New Street Research ha elevado su valoración de las acciones de Nvidia (NASDAQ:NVDA) a Comprar con un precio objetivo de 120 dólares.
Este cambio se produce tras un descenso del 26% en el valor de las acciones del fabricante de chips desde su punto más alto en junio, un descenso mayor que el observado en otras empresas de semiconductores relacionadas con la inteligencia artificial de centros de datos.
"Consideramos que la reducción del precio de las acciones es beneficiosa en general, reconocemos algunos retos menores y específicos para Nvidia, pero en general vemos el descenso del precio de las acciones como una oportunidad para invertir más", declararon los analistas de New Street Research.
The Information reveló la semana pasada que podría haber un aplazamiento de tres meses en el lanzamiento del procesador Blackwell de Nvidia debido a problemas de diseño, lo que desplazaría el inicio de los envíos a gran escala al primer trimestre de 2025, contribuyendo a la caída del precio de las acciones esta semana.
El informe de New Street Research indica que Blackwell combina dos grandes unidades de procesador conectadas a una velocidad de 10 terabytes por segundo utilizando la tecnología de empaquetado CoWoS-L de TSMC, que se ha enfrentado a dificultades para aumentar la producción y podría tener que rediseñarse.
Para compensar este aplazamiento, Nvidia tiene la opción de prolongar la disponibilidad de su procesador Hopper, que emplea el embalaje CoWoS-S ya establecido y puede fabricarse en mayores cantidades con mayor facilidad. Además, Nvidia podría introducir una versión menos compleja del procesador Blackwell que utilice una sola unidad de procesamiento.
"Aunque esta versión tendría un rendimiento inferior al de los modelos Blackwell originales con unidad de doble procesador, seguiría siendo una mejora en comparación con Hopper", aclaran los analistas.
En términos más generales, tienen una visión favorable de la posición de la compañía en el mercado de unidades de procesamiento para centros de datos, anticipando que Nvidia mantendrá su liderazgo en este sector.
"Observamos que las unidades de procesamiento internas de Nvidia funcionan bien en comparación con las unidades de procesamiento generales y se utilizan ampliamente dentro de sus propios grandes mercados", señalaron, sugiriendo que AMD (AMD) y algunas empresas nuevas podrían desafiar a Nvidia, pero sin afectar significativamente a su posición de liderazgo.
"No se espera que ninguno de estos competidores afecte significativamente al papel dominante de Nvidia", subraya New Street Research.
"Nuestro exhaustivo análisis muestra que el resultado más exitoso para una unidad de procesamiento propia o una unidad de procesamiento general alternativa es igualar el rendimiento de Nvidia, con una posible variación de un ciclo de producto. Ese nivel de rendimiento es suficiente para justificar su existencia, no necesariamente para superarla", explican los analistas.
El retraso en el lanzamiento de Blackwell podría, irónicamente, reducir la presión sobre la cadena de suministro de Nvidia, permitiendo una mayor producción del procesador H100, que exige una tecnología de embalaje y un contenido de memoria menos avanzados, para satisfacer la demanda del mercado. En lo que respecta al suministro, tanto Samsung como Hynix han indicado sus planes de duplicar con creces su oferta de memoria, y TSMC tiene previsto aumentar significativamente su capacidad de tecnología de empaquetado avanzado el año que viene.
Además, el gasto previsto por los principales proveedores de servicios en la nube para 2025 ha aumentado, sugiriendo ahora un incremento del 13%, y se espera que el gasto en infraestructura de inteligencia artificial crezca al menos un 30%. Esto respalda la predicción de New Street Research de que el gasto en semiconductores de inteligencia artificial podría aumentar un 50% cada año.
También se han abordado las preocupaciones sobre la valoración. Las acciones de Nvidia cotizan actualmente a aproximadamente 28 veces las ganancias por acción proyectadas por los analistas para 2025, en comparación con una relación precio-beneficio históricamente baja de 29 durante la recesión de 2018/19.
"Además de una baja probabilidad de revisiones a la baja, también percibimos un bajo riesgo de reducción en la relación precio-beneficio".
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