MADRID (Reuters) - (El autor es columnista de Reuters Breakingviews. Las opiniones expresadas son suyas)
Por Neil Unmack
LONDRES, 20 may (Reuters Breakingviews) - La zona euro necesita más zanahoria y menos palo. El incumplimiento de los objetivos presupuestarios de España y Portugal debería haber supuesto la aplicación de multas, pero la Comisión Europea ha optado por retrasar la decisión hasta después de las elecciones en España a finales de junio. Los cálculos políticos explican los motivos, pero también es cierto que la actual estructura no es adecuada a los propósitos que se persiguen.
En una región con una moneda única sin unión fiscal, las normas presupuestarias contribuyen a atar en corto a los gobiernos y acercan a una convergencia gradual.
Es innegable que las desviaciones de Madrid y de Lisboa son corresponden más a un tiempo muerto puntual que a una revuelta presupuestaria. Actualmente España se encuentra con un gobierno interino y Portugal parece frágil. Con unas tasas de desempleo en el sur de Europa peligrosamente altas, tiene sentido aplicar un poco de relajación si se pretende que sobreviva la zona euro.
Pero, además, la política del palo no funciona, para empezar porque los baremos son muy complejos: las reformas impulsadas durante la crisis soberana modificaron las metas fiscales, convirtiéndolas en cálculos teóricos del gasto y el crecimiento de los países a lo largo del ciclo económico en lugar de simples cifras de saldos de las cuentas públicas. Esto aumenta las posibilidades de error y de interferencias políticas.
Además, son difíciles de aplicar: Italia ha utilizado ahora tantas cláusulas de "flexibilidad" que las normas han resultado impotentes. Roma y otros estados incumplidores saben que el entusiasmo del norte de Europa por lograr una auténtica unión fiscal está en suspenso y que la imposición de multas por parte de Bruselas mermaría el apoyo de la opinión pública.
De ahí la necesidad de las zanahorias. Una opción es utilizar los fondos estructurales de manera más agresiva. Los países europeos aportan fondos para destinarlos a inversiones en las zonas más necesitadas de la región, y las cantidades pueden verse afectadas si un país incumple objetivos. La zona euro podría aumentar la cantidad de fondos comunes y repartirlos de acuerdo a la evolución económica y las reformas en los países.
Un segundo método sería utilizar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), un fondo de rescate creado durante la última crisis. Si recortan los excesos de gasto, países que siguen pagando una prima para pedir prestado en los mercados, como Italia o España, podrían en su lugar utilizar el MEDE para cubrir parte de su financiación sin condiciones, lo que reduciría los daños que suponen las reformas de gastos e impuestos.
Estas zanahorias parecen irrelevantes hoy en día, debido a que el Banco Central Europeo está comprando deuda y recortando tipos de interés. Sin embargo, la reactivación de la inflación en el norte de Europa podría atar las manos del BCE. Entonces las reglas fiscales - y su adecuación a sus propósitos - cobrarán más importancia en Europa.