Por Mercedes Salas
Madrid, 19 mar (.).- Los agricultores españoles y de la Unión Europea (UE) afrontan una nueva era comercial global surgida tras la invasión de Ucrania, que reactiva la controversia sobre los "pros y contras" de los acuerdos, entre los que destaca el de Mercosur.
Los ministros de Agricultura y Pesca de la UE examinarán este lunes en Bruselas el estado de los acuerdos comerciales, en un momento difícil para el campo por los costes, pero con datos que prueban que los exportadores agroalimentarios mantienen sus ventas.
España conserva el superávit en el comercio de alimentos y bebidas en 979 millones de euros anuales, según los datos difundidos esta semana por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (Mincotur) sobre los doce meses hasta enero, gracias a las subidas experimentadas en la exportación de cárnicos, frutas y verduras.
Pero las exportaciones subieron (+15,9 % interanual) a la par que las importaciones (20,1 %) y además, los productores se enfrentan a la escalada de costes de insumos por la guerra y a la inflación.
MERCOSUR
El acuerdo suscrito en 2019 entre la UE y Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) protagoniza la agenda comercial de 2023, con el interés especial de España para que se cierre durante su presidencia de la UE, en el segundo semestre.
Para el Consejo agrícola de este lunes, Austria -uno de los países con más reservas hacia Mercosur- ha presentado un documento en el que expone los "efectos negativos del pacto" en la competitividad agrícola y sus "carencias" frente a los esfuerzos exigidos a los productores de la UE.
Austria ha argumentado que los controles alimentarios o de bienestar animal en el bloque suramericano son menos frecuentes y que sus costes de producción de aves, azúcar o de terneros son "un 50 % inferiores a los de la UE", además de plantear nuevas normas sobre etiquetado o incluso cláusulas de salvaguardia.
El documento austríaco refleja opiniones de los agricultores y, a juicio del director de relaciones internacionales de Asaja, Ignacio López, "reafirma" el acuerdo que se alcanzó en 2019 pero falta "mucho por desarrollar" pues, desde entonces ha habido muchos cambios motivados por la pandemia o la invasión rusa.
La fecha de ratificación del compromiso con Mercosur está en el aire, pues debe ser aprobado por los Gobiernos comunitarios y por sus parlamentos; España tiene mucho interés político en que se complete y Francia encabeza el grupo de naciones reticentes.
En el bloque latinoamericano hay grandes líderes agrícolas como Argentina y Brasil; este último precisamente reforzó sus ventas de maíz en 2022 a España -país deficitario- como consecuencia de los problemas de abastecimiento de Ucrania.
¿ACUERDOS MÁS MODERNOS?
La UE también mantiene negociaciones comerciales con Australia, Nueva Zelanda, Chile o México.
Para los agricultores y exportadores españoles, según López, interesan acuerdos "modernos" como el que mantiene la UE con Canadá y Japón, que incluyen "cláusulas sobre desarrollo sostenible".
Entre los productores es mayoritaria la opinión de que el Pacto Verde europeo ya eleva los requisitos verdes en cuanto a fitosanitarios o bienestar animal en la producción alimentaria y por ello piden reciprocidad en las reglas del juego con sus competidores.
López ha subrayado que en el pacto con Mercosur "no está desarrollada" esa correspondencia, "deja bastante que desear" y por ello se deben buscar "equilibrios" para que la liberalización no signifique el hundimiento del mercado, en la ganadería o en los zumos.
No obstante, España también tiene intereses ofensivos en el bloque suramericano para exportar conservas pesqueras, chocolates o vinos.
BALANZA DE LA UE
Según la CE, entre enero y noviembre de 2022 el valor del comercio agroalimentario de la UE aumentó un 23 % respecto al mismo período anterior.
Las importaciones de Ucrania a la UE subieron un 90 %, especialmente de cereales y de oleaginosas, pero la UE redujo sus exportaciones a Rusia.
También cayeron las ventas a China, por un descenso de los envíos de carne de cerdo, cereales, aceites, mientras que las importaciones de ese país aumentaron un 66 %.
En el caso del Reino Unido subieron un 15 % las exportaciones y un 30 % las importaciones.