Bruselas, 28 jul (.).- La oficina que la Unión Europea (UE) va a abrir próximamente en San Francisco (Estados Unidos) intentará facilitar a las grandes compañías tecnológicas el cumplimiento de nueva legislación comunitaria y evitar “tensiones” con ellas.
“Veo nuestro papel enfocado en tratar de facilitar la implementación y cumplimiento” de las nuevas normas de la UE que, por ejemplo, pretenden limitar el poder de gigantes de internet como Google (NASDAQ:GOOGL), Apple (NASDAQ:AAPL), Meta (NASDAQ:META) o Amazon (NASDAQ:AMZN), indicó en un encuentro virtual con periodistas el director responsable de regulación de las plataformas en la Dirección General de Redes de Comunicación, Contenido y Tecnologías de la Comisión Europea, Gerard De Graaf.
De Graaf, que encabezará la oficina de la UE en San Francisco, prevé pasar gran parte de su tiempo reunido en las sedes de estas empresas, que requerirán “algunos cambios fundamentales en sus modelos de negocio” para cumplir con nueva legislación europea como la Ley de Servicios Digitales (DSA) y la Ley de Mercados Digitales (DMA).
Ambas normas pretenden crear un entorno digital más seguro en el que se protejan mejor los derechos fundamentales de todos los usuarios de servicios digitales y también establecer unas condiciones equitativas para fomentar la innovación, el crecimiento y la competitividad, tanto en el mercado único europeo como a nivel mundial.
La DMA, en concreto, fue acordada tras constatar Bruselas que las normas de libre competencia existentes hasta ahora no han evitado el abuso de poder de las plataformas.
De Graaf recordó que este trabajo de facilitación ya se viene realizando, pero que se potenciará desde la nueva oficina en un momento en que la adopción formal de la DSA y DMA, en septiembre o principios de octubre, va a hacer que las compañías aceleren sus planes de adaptación.
“Requerirá reprogramar y mucho desarrollo de software (…). Las empresas tienen interés en saber bastante pronto lo que es necesario hacer”, comentó.
En todo caso, De Graaf reconoció que también van a estar “preparados” para posibles litigios con las tecnológicas.
“Hay muchos abogados implicados” en las reuniones con esas empresas, reconoció, que tratarán todos los asuntos desde una perspectiva legal, aunque consideró que “también es importante la perspectiva estratégica que hay detrás” y que el proceso de implementación de las normas europeas “no solo esté conducido por abogados”.
Según el responsable europeo. habrá litigios “sin duda”, pero “lo que que nos gustaría evitar absolutamente es que la relación se vuelva tensa”.
“Nos gustaría mantener una discusión constructiva con las plataformas en lugar de una discusión entre adversarios. Y si desde San Francisco podemos contribuir a ello, sería positivo”, opinó.
De Graaf puntualizó, no obstante, que la nueva oficina no será una “representación” de la UE ante los gigantes tecnológicos, y aunque vayan a pasar “mucho tiempo en Silicon Valley”, sede de esas compañías, “hay mucho más en términos de intereses en la costa oeste”.
Se refirió, en concreto, a las políticas a nivel estatal o a nuevos desarrollos tecnológicos “de gran interés para la UE”, a la “próspera” comunidad académica y de empresas de nueva creación.
El pasado 18 de julio los ministros de Exteriores de la Unión acordaron trabajar para que la diplomacia digital se convierta en "un componente básico y en una parte fundamental de la acción exterior de la UE" de cara a influir y promover sus estándares en la arena digital con herramientas como la mencionada oficina.
El objetivo de la Unión Europea es promover "soluciones tecnológicas y marcos reguladores que respeten los valores democráticos y los derechos humanos", en un intento de fijar los estándares que regularán la economía digital a futuro.
En el caso de la nueva delegación en San Francisco, la UE confía en que contribuya a cumplir los objetivos del Consejo de Comercio y Tecnología puesto en marcha con Estados Unidos, los relacionados con garantizar una transformación digital exitosa, sostenible y centrada en el ser humano, basada en los valores y sistemas democráticos que ambas partes suscriben.
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