, 17 abr (.).- La decisión del Gobierno polaco de prohibir la importación y el tránsito de productos agrícolas de Ucrania desató no solo una nueva oleada de críticas de Bruselas hacia Varsovia, sino también reacciones en cascada de otros países de Europa del Este, en sentido parecido al de Polonia.
Por lo pronto, Eslovaquia se sumó hoy a la decisión de Polonia y luego de Hungría, por considerar que el levantamiento de los aranceles a Ucrania perjudica sus productos nacionales, mientras tanto Bulgaria como Rumanía se preparan para seguir sus pasos.
La decisión inicial de Polonia había sido calificada ya el domingo de "inaceptable" por la portavoz de la Comisión Europea (CE) de Asuntos Económicos, Arianna Podesta.
El viceministro polaco de Exteriores, Pawel Jablonski, respondió este lunes que "nos gustaría mucho que la UE hubiera reaccionado igual de rápido cuando Polonia, Rumanía, Hungría, Eslovaquia y Bulgaria enviaron una carta a la presidenta de la CE (Ursula von der Leyen) hace unas tres semanas pidiendo una intervención urgente".
En medio del cruce de críticas, el jefe del Gobierno polaco, Mateusz Morawiecki, se reunía este mediodía con la viceprimera ministra ucraniana, Julia Swiridenko, en Varsovia, junto con sus respectivos ministros de Agricultura, el polaco Robert Telus, y el ucraniano Mykola Solski.
HUNGRÍA
Hungría fue el primero en seguir el ejemplo de Polonia y ha prohibido hasta junio la importación de productos agrícolas de Ucrania, al estimar "grave" el daño que amenaza a la agricultura húngara si no se adoptan medidas.
El veto es temporal y el Gobierno húngaro, que aboga por que la UE adopte un plan para una "distribución equilibrada" de los productos ucranianos, asegura que no afectará el tránsito hacia otros lugares de Europa.
El ministro magiar de Agricultura, István Nagy, habló sobre este tema con su homologo ucraniano Solski, en una conversación en línea el domingo.
El ministerio de Agricultura ha informado de que el precio actual del trigo húngaro es de 350 euros por tonelada, más del doble de los 160 euros que cuesta la tonelada del ucraniano.
En menos de un año, totalizan ya 2,5 millones de toneladas, cuando anteriormente la importación anual de granos de Ucrania rondaba las 50.000 toneladas, precisó Nagy.
ESLOVAQUIA
Eslovaquia suspendió hoy esas importaciones, un veto que afecta a cereales, azúcar, semillas, forraje seco, lúpulo, lino, cáñamo, fruta y verduras, productos procesados de fruta y vegetales, vino, alcohol etílico de origen agrícola, miel y productos de la abejas.
Bratislava ya había manifestado su preocupación por el impacto que estaba teniendo la creciente presencia en el mercado nacional de productos ucranianos a precios considerablemente más baratos.
Además, por razones sanitarias, la semana pasada, tras detectar trigo ucraniano que no reunía las condiciones sanitarias exigidas, prohibió comerciar y moler el trigo ucraniano.
Con anterioridad, Eslovaquia había decretado que se precintaran los contenedores de cereal en tránsito, para evitar que acabaran en el mercado local.
El ministerio de Agricultura informó el pasado viernes de que planeaba proponer a la UE un mecanismo para facilitar que los cereales ucranianos lleguen a terceros países sin afectar la oferta de Los Veintisiete.
La idea es que la UE compre cereal ucraniano en cooperación con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, lo que sería presentado este mes en el consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la UE (Agrifish).
BULGARIA
El ministro búlgaro de Agricultura, Yavor Gechev, aseguró que espera recibir hoy información sobre la base jurídica usada por Varsovia y Budapest para vetar la importación de esos productos.
Mañana el asunto será tratado con el presidente del país, Rumen Radev, por lo que es solo una "cuestión de tiempo" que Sofía adopte un veto comparable al de Polonia y Hungría, dijo Gechev.
"Cuando dos de los países miembros reaccionan de esta manera, si nosotros no reaccionamos así, las acumulaciones (de cereales y alimentos) en el territorio búlgaro pueden volverse aún mayores", dijo el ministro.
Bruselas ha ofrecido a Bulgaria 16 millones de euros para compensar esos daños, pero los agricultores del país más pobre de la UE afirman que las pérdidas directas están en torno a 400 millones de euros.
RUMANÍA
También los productores agrícolas de Rumanía exigen prohibir la importación de cereales del país vecino.
La Federación para la Agricultura y la Cooperación (AAC) ha advertido de que si la situación no cambia, la mayoría de los agricultores rumanos deberán reducir o suspender sus exportaciones.
Pide por eso vetar la importación y el tránsito de los productos agrícolas provenientes de Ucrania entre el 15 de junio de 2023 y el 15 de marzo de 2024.
La federación calificó de "mísera" la cantidad de 10 millones de euros que la CE ha dispuesto para compensar las pérdidas del sector en Rumanía.
Los agricultores han advertido de que organizarán protestas en todo el país a partir del 7 de junio si hasta entonces no se adoptan medidas que mejoren su situación.
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