Arturo Escarda
Moscú, 22 mar (EFE).- La reunión entre Rusia y la Unión Europea en Moscú concluyó hoy con un aparente avance hacia la eliminación de los visados turísticos, pero sin progresos en la renovación del acuerdo de cooperación, vigente desde hace casi dos décadas.
"Hay una cuestión importante en la que no hemos avanzado (...), la preparación del nuevo acuerdo marco (de cooperación) que tenga en cuenta la entrada de Rusia en la Organización Mundial de Comercio y nuestra integración euroasiática", dijo el jefe del Gobierno ruso, Dmitri Medvédev, en la rueda de prensa al término de la reunión.
Al mismo tiempo, Moscú entiende que el régimen de visados que restringe la movilidad de turistas y empresarios entre los dos gigantes del continente europeo son el principal obstáculo entre Rusia y la UE.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, pidió al llegar a Moscú agilizar antes del final del año el consenso sobre el nuevo acuerdo marco que tenga en cuenta las actuales relaciones, entre otras cosas, en materia energética y comercial, como paso previo para eliminar los visados.
Pero de hecho, la falta de renovación del acuerdo de cooperación y asociación que ya ha cumplido la mayoría de edad tras ser firmado en 1995, el régimen de visados y otros temas polémicos como la energía y los derechos humanos se erigen en una barrera casi infranqueable en las relaciones ruso-europeas.
Reunión tras reunión y cumbre tras cumbre los resultados son mínimos: Moscú insiste en eliminar los visados, mientras Bruselas asiente y pide condiciones no ya para extinguirlos, sino para simplificar el régimen en el que se expiden a los rusos.
"Estoy absolutamente convencido de que (los visados) son el principal obstáculo en las relaciones entre Rusia y UE", dijo Medvédev en la rueda de prensa conjunta con Barroso.
El presidente de la Comisión respondió que este objetivo no se puede "lograr mañana" y añadió que en la actualidad se trabaja en un renovado acuerdo para simplificar el régimen de visados.
Para Medvédev, los visados son "nuestra Cartago que debe ser destruida", el mayor freno en las relaciones bilaterales, más que "la energía, cualquier cuestión sobre el marco legal o discusiones sobre temas comerciales".
"Los visados son algo que debe ser eliminado de todas maneras si queremos establecer una cooperación estratégica", recalcó el jefe del Ejecutivo ruso.
Barroso, tras decir que Rusia y la UE "están cerca de alcanzar un acuerdo", precisó que "ahora es importante crear las condiciones oportunas para concluir las negociaciones".
"Hay que resolver diversos asuntos antes de que los Estados miembros de la UE den luz verde y permitan simplificar el régimen de visados", explicó.
El líder europeo aseguró que él y toda Europa son partidarios "de introducir el régimen sin visados", pero a renglón seguido esgrimió "diversos asuntos" que deben ser arreglados, "aspectos técnicos" y "condiciones necesarias para concluir la negociación".
"A mí me gustaría que el régimen fuera aprobado hoy mismo. Es un sueño, el libre movimiento para ciudadanos de Rusia y la UE, y de las mercancías desde Lisboa hasta Vladivostok", subrayó al mismo tiempo el político europeo.
Rusia, sin embargo, deberá darse mucha prisa para que el sueño de Barroso se convierta en realidad antes del plazo que se ha marcado Moscú: febrero de 2014.
"No tengo la sensación de estar en un atolladero, pero Rusia querría que ese movimiento fuera mucho más rápido, para que las restricciones de visados fueran eliminadas antes de las Olimpiadas de Sochi (2014), o sea, en un plazo corto", deseó el jefe del Gobierno ruso.
Aunque el primer ministro ruso asegura que entiende la dificultad de la Unión Europea para avanzar con más agilidad en este tema.
"Entendemos que no todo depende de la postura de la Comisión Europea y es necesario que cada uno de los 27 Estados (de la Unión) tome la respectiva decisión", señaló. EFE
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