Nora Quintanilla.
Valencia, 22 ene (EFE).- La expresión quechua para "hoja verde" y sus connotaciones de "nativo, local y andino" son la carta de presentación de Q'omer, una empresa biotecnológica que obtiene ingredientes naturales a través del comercio justo con las comunidades indígenas de las zonas andinas y amazónicas.
Su búsqueda de la sostenibilidad económica, social y medioambiental es lo que ha llevado a esta empresa, creada en Valencia en 2013 por el ingeniero de alimentos colombiano David Escobar, a ser seleccionada por la incubadora valenciana de proyectos sociales Socialnest para desarrollarse durante este año.
Según explica su fundador a Efe, Q'omer comercializa ingredientes naturales o "bioactivos" obtenidos de forma ética para que se utilicen en la elaboración de alimentos, bebidas, complementos dietéticos o cosméticos, entre otros productos.
Lo novedoso, explica Escobar, es que se trabaja con las comunidades indígenas de Perú, Colombia y Ecuador y con los productos tradicionales de allí, "como sería la chufa de Valencia" aquí.
"Trabajamos bajo el enfoque del biocomercio, considerando elementos de ecología o de productos ecológicos, biológicos y orgánicos junto con elementos de comercio justo", resume.
Mediante convenios con diferentes ONG y para evitar intermediarios, que gravan los productos, Q'omer interactúa con agricultores indígenas de diferentes enclaves, como el parque de Pucallpa, en Perú, y colabora con ellos teniendo en cuenta sus capacidades productivas y sus aspectos sociales.
La maca, un tubérculo andino asociado a la vitalidad y la energía, o la uña de gato, una corteza de planta con propiedades antiinflamatorias, son algunos de los productos en los que Q'omer halla ingredientes bioactivos, es decir, elementos químicos beneficiosos para el organismo.
"Por medio de biotecnología aplicada identificamos compuestos, como antioxidantes naturales en las materias primas, y los extraemos y estabilizamos en forma de ingredientes para disponerlos en Europa como ingredientes bioactivos naturales", explica Escobar.
En este sentido, uno de los objetivos de la empresa es promover el uso de estos ingredientes naturales como materia prima para sustituir progresivamente los ingredientes sintéticos.
Escobar, que hizo sus estudios de posgrado en la Universitat Politècnica de València, se ha dedicado los últimos catorce años a trabajar con ingredientes funcionales que beneficien la calidad de vida de las personas.
Impulsado por los nuevos modelos de consumo ecológicos, decidió embarcarse en este nuevo negocio, que ahora se está incorporando al Consorcio de Empresas para el Comercio Ético, una iniciativa de la ONU que defiende principios como la distribución equitativa de beneficios y el uso responsable del entorno natural.
Además de comercializar ingredientes bioactivos, Q'omer se dedica a la consultoría y a proyectos de I+D+i y, ahora, formula un proyecto de investigación dentro del programa europeo Horizonte 2020, y otros dos proyectos en Colombia.
Ser una empresa social es el "espíritu" de Q'omer, una cualidad que su fundador lamenta no encontrar con frecuencia en el sector biotecnológico más allá de "un alegato o un sello más".
"No pretendemos tener una mera responsabilidad social corporativa (RSC), sino que el eje central de nuestro trabajo sea el biocomercio", señala Escobar. "¿Lo lograremos? Eso esperamos; es difícil, pero con ese ánimo comenzamos", confiesa. EFE