El gobierno indio ha revisado a la baja su proyección de crecimiento económico para el año fiscal, situándola en el nivel más bajo desde que la pandemia golpeó al país, debido a la desaceleración tanto del gasto de los consumidores como de la inversión pública.
El Ministerio de Estadísticas anunció el martes que se espera que el Producto Interno Bruto (PIB) crezca un 6,4% en el año que finaliza en marzo, una disminución respecto al crecimiento del 8,2% experimentado en el año fiscal anterior. Esta cifra coincide con la previsión media de una encuesta de Bloomberg a economistas, pero está ligeramente por debajo de la estimación previa del gobierno del 6,5% realizada el mes pasado.
Esta revisión pone de manifiesto las preocupaciones de que el crecimiento de India, que en su momento lideró el mundo, se está ralentizando. Esto podría suponer un desafío para los ambiciosos planes del primer ministro Narendra Modi de transformar a India en una economía desarrollada y generar empleo para los millones de jóvenes que se incorporan anualmente a la fuerza laboral.
A lo largo de este año fiscal, los consumidores han reducido su gasto debido a la disminución de los salarios y el aumento de la inflación, lo que a su vez ha afectado los beneficios de algunos de los principales minoristas del país. El gasto de los hogares y las empresas, que constituye aproximadamente el 60% del PIB de India, ha experimentado una disminución significativa. Además, el gobierno no ha cumplido con su gasto presupuestado este año, en parte debido a las elecciones que se extendieron durante varias semanas, lo que ha frenado aún más el crecimiento.
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