Nueva York, 7 ago (EFE).- Londres se sumó a la campaña que lideran las Fiscalías Generales de Nueva York y San Francisco para frenar el robo de teléfonos inteligentes y exigir a los fabricantes que incluyan un bloqueo que desactive los "smartphones" para acabar con la reventa de estos dispositivos.
"La epidemia de crímenes callejeros violentos que involucran el robo de dispositivos móviles es un problema mundial que exige una solución global", afirmó en un comunicado el fiscal general de Nueva York, Eric Schneiderman.
Para el fiscal, esta alianza "es un poderoso mensaje a las grandes corporaciones internacionales que dominan la industria de teléfonos inteligentes, exigiéndoles que sean buenos ciudadanos corporativos y tomen medidas responsables para garantizar la seguridad de nuestros consumidores".
En Estados Unidos y Reino Unido el robo de teléfonos inteligentes se han incrementado "dramáticamente", según las autoridades, de ahí que se impulsara a principios de año el plan "S.O.S: Secure our Smartphones", por el que piden a los fabricantes incorporar un bloqueo eficiente que acabe con la reventa de estos dispositivos.
En San francisco el 50 por ciento de los robos fueron a teléfonos móviles y en la ciudad de Nueva York los hurtos de "smartphones" aumentaron un 40 % respecto al año anterior, mientras que en Londres cerca de 10.000 teléfonos son robados cada mes.
"Ciudades como Londres, Nueva York y San Francisco se enfrentan a un mismo reto y es por eso que Londres se une a esta campaña para ayudar a encontrar una solución global segura", dijo el alcalde de Londres, Boris Johnson.
Por ello, Johnson pidió que la industria "tome en serio esta cuestión y busque una solución técnica que pueda aplastar el mercado ilegal de teléfonos inteligentes que alimenta el crimen".
La propuesta, que aglutina a fiscalías de varios estados, departamentos de policía, ayuntamientos y senadores de EEUU, fue rechazada hace seis meses por la industria tecnológica, aunque recientemente empezó a ser negociada en términos de colaboración. EFE