Berlín, 21 ago (EFE).- El presidente de la Comisión de Interior del Parlamento alemán (Bundestag), Wolfgang Bosbach, se sumó hoy a las voces disonantes en las filas de la canciller Angela Merkel a la reforma del paraguas de rescate europeo y advirtió que no la respaldará en la votación del próximo septiembre.
"Sé que es importante para la coalición contar con una mayoría propia. Pero si no se modifica sustancialmente no podré aprobarla", afirmó Bosbach, en declaraciones al semanario "Focus".
Al rechazo de este representante de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel se sumó el de Franz Schäffler, experto en Finanzas del co-gubernamental Partido Liberal (FDP), quien advierte en ese medio de la oposición creciente en sus filas a la reforma.
El gobierno alemán se propone someter a la aprobación parlamentaria, el próximo 23 de septiembre, la reforma del fondo de rescate europeo (EFSF) de acuerdo a las resoluciones adoptadas en la cumbre del 21 de julio pasado por los líderes de la eurozona.
La aprobación se da por segura, puesto que se prevé cuente con el apoyo de la oposición socialdemócrata, pero Merkel vería cuestionado su liderazgo de no obtener una "mayoría propia" o votos suficientes entre las filas gubernamentales.
La canciller celebrará esta semana varias reuniones -el lunes, con la cúpula de la CDU y el martes con el conjunto del grupo parlamentario conservador- para tratar de dirimir esas disonancias.
Desde las filas de la CDU se ha pedido insistentemente la convocatoria de un congreso extraordinario, previo a la votación parlamentaria, para abordar esa situación.
Merkel se propone realizar reuniones a escala de las delegaciones regionales y llevar el correspondiente debate al congreso regular de la CDU de noviembre, pero no quiere convocar otro con rango de extraordinario y previo a la votación del Bundestag.
Las disonancias en la CDU se centran en los recelos a que la reforma genere, de facto, unos mecanismos de transferencias automáticas a los países en dificultades.
Bosbach recuerda, en sus declaraciones a "Focus", que al implantar el euro se prometió a los ciudadanos que la moneda única sería "tan estable como el marco (alemán)".
"En el caso griego no se trata de si está dispuesto a pagar sus deudas, sino si alguna vez estará en disposición de hacerlo, lo que yo descarto", apunta.
Frente a los disensos a la reforma del paraguas de rescate, el equipo de Merkel ha mostrado un rechazo cerrado a la implantación de eurobonos para estabilizar la cerrar la crisis de la deuda.
Tanto la canciller, como su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, y el líder del Partido Liberal (FDP) y titular de Economía, Philipp Rösler, ratifican casi a diario su rechazo a esa fórmula.
Según revela hoy el semanario "Der Spiegel", la implantación de eurobonos acarrearía a Alemania costes de 2.500 millones de euros, sólo el primer año, y del doble en el ejercicio siguiente.
De acuerdo con ese medio, que se remite a cálculos del ministerio de Finanzas, en diez años los costes adicionales para Alemania se situarían entre los 20.000 y los 25.000 millones de euros. EFE