Washington, 21 may (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, está de acuerdo con la decisión que tomaron sus asesores de no informarle sobre la investigación al servicio de recaudación de impuestos (IRS) cuando la conocieron, aseguró hoy el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
"El presidente cree que la decisión de su asesora fue la correcta, y confía en su criterio en estos asuntos", dijo Carney en su conferencia de prensa diaria.
El portavoz se refería a Kathryn Ruemmler, que junto al jefe de gabinete de la Casa Blanca, Dennis McDonough, y otras personas del círculo más cercano al mandatario se enteraron el 24 de abril que el inspector general del IRS iba a emitir un informe polémico, pero decidieron no informar al presidente, que se enteró por la prensa.
"Ésta era una auditoría aún incompleta e independiente de una actividad del personal del IRS que luego resultó ser inapropiada e incorrecta", subrayó Carney. "Habría sido inapropiado que (Obama) hiciera cualquier cosa al respecto mientras la auditoría estaba en marcha", aseguró.
Una vez que la Casa Blanca conoció la existencia del informe y parte de su contenido, el subjefe de gabinete de Obama, Mark Childress, mantuvo varias conversaciones con el Tesoro sobre cómo hacer público su contenido, según reveló hoy Carney.
"Las conversaciones se trataron simplemente de averiguar cuándo se iba a divulgar la información y qué iba a decir, porque hasta que tuvimos el informe, no conocíamos las conclusiones finales del inspector general", indicó el portavoz.
En el diálogo se debatió la posibilidad de "un discurso" para revelar la información por parte de Lois Lerner, jefa de la oficina del IRS en Cincinatti (Ohio), donde se centralizaron las prácticas, y la de que el director en funciones de la agencia, Steven Miller, fuera cuestionado al respecto en una audiencia, explicó Carney.
Ninguna de esas dos opciones se llevó a cabo, y finalmente Lerner divulgó por primera vez los resultados del informe el 10 de mayo en una conferencia sobre impuestos, donde el IRS provocó que alguien en la audiencia le hiciera una pregunta que permitió a la funcionaria confesar sobre las prácticas.
En una audiencia hoy ante el Comité de Finanzas del Senado, Miller admitió que esa forma de divulgar el contenido fue la equivocada.
"Obviamente fue una idea increíblemente mala", dijo Miller, que hoy vive su último día como director en funciones después de que Obama forzara su renuncia la semana pasada.
Mientras, alrededor de 300 personas se manifestaron hoy ante la sede del IRS en Cincinatti, para protestar por las prácticas por las que la agencia recrudeció su cuestionario a grupos cuyos nombres incluían palabras como "Tea Party" o "patriota" y que habían solicitado una exención de impuestos. EFE