Durante el pasado fin de semana, el gobierno chino impulsó su estrategia para sustituir la tecnología extranjera por productos locales, dando a conocer nuevas políticas para eliminar gradualmente los microprocesadores de fabricación estadounidense, como los producidos por Intel (NASDAQ:INTC) y AMD (NASDAQ:AMD), de sus ordenadores operados por el gobierno.
La estrategia también apunta al sistema operativo Windows de Microsoft (NASDAQ:MSFT) y al software de bases de datos no chino, fomentando el uso de soluciones nacionales y apoyando el objetivo más amplio de lograr la independencia tecnológica en las corporaciones controladas por el gobierno.
No obstante, los analistas de Macquarie sugieren que MSFT "probablemente no experimentará consecuencias financieras significativas" como resultado de esta prohibición, según su análisis compartido el miércoles.
"Normalmente, las empresas estadounidenses que producen software empresarial tienen ventas mínimas o nulas en el mercado nacional chino, a pesar de prestar servicios a corporaciones internacionales chinas en todo el mundo", afirmaron los analistas.
En el año 2023, el presidente de Microsoft, Brad Smith, informó al Congreso de Estados Unidos de que sólo alrededor del 1,5% de las ventas totales de Microsoft proceden del mercado chino. Un informe de enero del New York Times indicaba que los ingresos de Microsoft en China proceden principalmente de su producto Windows, el motor de búsqueda Bing, los servicios en la nube y diversas aplicaciones empresariales.
"En una hipotética situación extrema en la que Microsoft perdiera todas sus ventas en China, nuestra estimación es que el impacto financiero sería de aproximadamente 0,14 dólares por acción para todo el año", expresaron los analistas.
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