Lara Malvesí
Nueva York, 11 abr (EFE)- Wall Street vivió una jornada de paso con caídas de última hora. Un día tonto, en el que se arrancó con impulso para después ir perdiendo fuelle y cerrar en medio de una fiebre de ventas.
El impulso inicial estuvo ligado a los avances en los precios internacionales del crudo y las ganancias en los mercados bursátiles europeos, pero Wall Street no pudo mantener el pulso.
Ni siquiera el repunte en el precio del petróleo, a menudo acicate preferido de Wall Street, salvó el día.
Y eso que por primera vez desde el pasado 22 de marzo se cerraba superando la barrera de los 40 dólares el barril (40, 36 dólares).
Una subida, la del crudo, atribuida a las expectativas del encuentro de productores previsto en Doha.
El mercado confía en que el próximo 17 de abril representantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros productores puedan acordar algún tipo de reducción en la extracción de crudo.
Pese a todo, los analistas auguran que Wall Street se animará a partir de este martes gracias a la nueva tanda de resultados trimestrales.
Hoy mismo tras el cierre se conocían los datos de Alcoa (NYSE:AA) y a partir de mañana se animará más según vayan difundiéndose los resultados trimestrales de las empresas.
Este miércoles, por ejemplo, le toca el turno al mayor grupo bancario del país, JP Morgan Chase (NYSE:JPM).
En definitiva un jornada en rojo muy elocuente de lo cáustico de la bolsa de Nueva York desde que empezó el año.
Los resultados de este lunes colocaron al S&P 500 casi plano desde el comienzo del año, mientras que el Dow Jones ha retrocedido algo más de 100 puntos y el Nasdaq ha acumuado la caída es más importante, ya que había comenzado el año por encima de los 5.000 puntos.
La intranquilidad generalizada por la volatilidad de los precios del petróleo y los futuros movimientos de la Reserva Federal son ya fantasmas fijos para los operadores neoyorquinos.